¿Desde
cuándo se ordeñan animales?
¿Se
ha utilizado la leche como cosmético?
¿Cuánta
se produce en el mundo?
¿Puede
ser perjudicial para la salud?
Los mamíferos tenemos el privilegio de poder pasar unos
cuantos meses de nuestras vidas exclusivamente a base de leche materna.
Hace años, cuando pudimos observar por vez primera
imágenes de fetos que en el útero succionaban su dedo pulgar, interpretamos el
hecho como una manifestación del reflejo de mamar. Quiere ello decir que
estamos preparados para hacerlo desde antes de venir al mundo, y así el pezón
materno se convierte en el primer objetivo de búsqueda para el recién nacido.
“El seno
alimentará al niño y regocijará al padre”, dice El Corán.
Según la leyenda clásica, nuestra galaxia, la Vía Láctea,
era un cúmulo de millares de gotitas de leche procedentes de los senos de la
diosa Hera –Juno en la versión romana– esparcidas por el cielo cuando ella
apartó bruscamente a Hércules de su pecho.
Para los hindúes, la vida surgió de la ebullición de un
océano de leche, y los celtas y egipcios recurrían al alimento primero para
elaborar las pócimas con las que buscaban alcanzar la inmortalidad.
La diosa Isis, concedía la inmortalidad a quien se
nutriera de sus pechos
Rómulo y Remo, fueron amamantados por una loba.
Además
de nutrir a su prole con la leche humana, desde muy antiguo –quizás hace más de
10.000 años– el hombre supo ordeñar y apreciar la leche de otros animales.
La costumbre de utilizar una u otra depende del tipo de mamífero asequible que
prevalezca en una región. Hoy
existen países donde es habitual el consumo de leche de burra, de camello, de
búfala o de cebú.
En Laponia
se consume leche de reno. Entre nosotros, las más utilizadas son las de
vaca, oveja y cabra, siendo la leche el alimento de origen animal que más se
consume en el planeta.
La producción mundial supera ampliamente los 500 millones
de toneladas, lo que supondría un consumo medio de casi 100 litros por
habitante y año.
Algunas
leches han servido desde antiguo de cosmético más o menos efectivo. Son famosos
los baños de Cleopatra y Popea. Se dice que llevaba en el séquito 500
burras destinadas a proporcionar la leche preferida para sus baños.
El
record de producción de leche por día para una vaca está en 109,5 litros
La
ballena azul, da diariamente 600 litros de leche en sus dos enormes mamas.
Algunas
personas tienen problemas con la digestión de la leche. El más
corriente, sobre todo en poblaciones procedentes de África, consiste en una
intolerancia a la lactosa.
Si
una persona tiene deficiencia de lactasa puede tener, entre otros problemas,
hinchazón y diarreas. El prescindir de la leche y derivados lácteos por
cualquier motivo debe compensarse con un aporte extraordinario de calcio.
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