Estos
son algunos de los muchos peculiares trastornos que pueden llegar a formarse en
nuestra compleja mente.
Los trastornos fóbicos o fobias específicas suelen
caracterizarse por desencadenar síntomas similares ante el temor de exponerse
ante la situación u objeto temidos. Este miedo activa el sistema nervioso
provocando algunos de los siguientes síntomas: aumento de la presión sanguínea,
taquicardias, palpitaciones, respiración acelerada, sudoración, boca seca,
asco, nauseas, malestar del estómago y/o mareos, principalmente. Estos
advierten al sujeto de la proximidad del peligro temido haciéndole evitar la
situación y buscar seguridad. En caso de exposición al temor, los síntomas
pueden verse agudizados desatando una crisis de ansiedad o ataque de pánico.
FOBIA
A CONDUCIR
Existen personas con un miedo exagerado a conducir. Estas
personas temen tener un accidente provocado por otros o por ellos mismos,
quedarse atrapados en un atasco, ser blanco de ira de otros conductores, tener
un ataque de pánico o desmayarse.
Los que sufren esta fobia solamente conducirán en
situaciones realmente necesarias y en trayectos “seguros”, es decir, rutas
conocidas, distancias cortas, carretas sencillas con poco tráfico, buen clima o
acompañados de alguien que les aporte seguridad. Normalmente irán a una
velocidad cauta, agarrando con fuerza y nerviosismo el volante, algo alterados
e inseguros.
FOBIAS
ESFINTÉRICAS
Quienes sufren esta clase de fobia no son capaces de
orinar o defecar en lugares públicos. Sienten la imposibilidad de realizar sus
necesidades cuando hay otras personas cerca ante el temor de que alguien pueda
acudir a ellos. Por grande que sea la necesidad suelen mantenerse a la espera
de hallar un lugar seguro para aliviarse. Otras personas que padecen este tipo
de fobia, por el contrario, sienten una urgente necesidad de orinar
continuamente por lo que solo se sienten seguros en lugares públicos donde
dispongan lugares para hacerlo.
FOBIA
AL AGUA
Las personas con fobia al agua temen caerse a ella, ser
empujadas o ahogarse al no poder nadar o recibir ayuda. Suelen evitar ir a
lugares con excesiva agua (piscinas, lagos, mar, etc.) y tomar embarcaciones.
Ante la situación inevitable de permanecer en uno de los lugares temidos
tenderán a permanecer en la orilla, no mirar el agua y usar todo tipo de
protecciones de salvamento.
FOBIA
A ATRAGANTARSE O VOMITAR
Esta fobia suele comenzar con el temor intenso
ante la sensación de nausea o de ahogo, o tensión en la garganta. Aunque
parezca contradictorio, las nauseas suelen ser más frecuentes en estos sujetos
que en el resto de gente que no padece la fobia. Estas personas suelen comer en
pequeñas cantidades y evitan ingerir ciertos alimentos, especialmente los
asociados comúnmente con atragantamientos, pues temen morir ahogados o hacer el
ridículo ante situaciones de atragantamiento o vómito.
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