El Color, la dureza y el brillo son los principales
atractivos de las piedras preciosas.
Aunque las piedras de colores llaman la atención por sí
solas, hay cuatro que se destacan más entre los minerales petrificados. Se
trata de las gemas, más conocidas como piedras preciosas: diamantes,
esmeraldas, rubís y zafiro, que en general se caracterizan por su peso, talla,
color y pureza. Todas, sinónimos de lujo, compromiso y amor debido a que
conservan un brillo y color particular aún con el paso de los años.
El
rubí
El rubí es el zafiro de color rojo. Los hay en varios
tonos aunque el más llamativo y apetecido es el sangre pichón que es oscuro e
intenso.
La
Esmeralda, la joya de Colombia
Aunque
son pocos los colombianos que se dejan tentar por la hermosa piedra, no deja de
ser muy apetecida por los extranjeros. En el país se destacan las de la mina de
Chivor, de color verde azulado; las de la mina de Muzo, verde hierba, y las de
la mina de Cosquez, verde rubio.
Los
Diamantes
Una campaña publicitaria fue la encargada de darle a los
diamantes el nombre de piedras eternas, que se caracterizan por su transparencia
y brillo. Su principal encanto se encuentra en la dispersión de la luz blanca
en los colores espectrales.
Aunque no hay datos exactos del primer diamante, se cree
que los primeros fueron reconocidos en la India hace más de tres mil años. El diamante
más grande, encontrado en 1905 en una mina de Sudáfrica, fue llamado Cullinan
en honor al propietario de la mina donde se encontró. Su peso original era de
3.100 quilates y hoy es parte de las joyas de la Corona Británica.
El
zafiro
Aunque el zafiro auténtico
es azul intenso, también hay blancos y amarillos. Tal vez el zafiro más
conocido es el que le entregó el príncipe Guillermo a Kate Middleton como
compromiso, el mismo que el príncipe Carlos le regaló a lady Diana al pedirle
matrimonio.
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