En este preciso momento hay algo bueno
en tu mundo. Permítase verlo.
Reposa
tranquilamente y siente con calma esa sensación de bondad que llevas dentro de
ti.
En cualquier momento, en cualquier circunstancia,
cualquiera que sea tu condición, tienes mucho por lo cual debes estar
agradecido con Dios.
Siente esa gratitud en la parte más profunda de tu ser.
Resalta las cosas buenas en tu
conciencia.
Eso hará que las cosas indeseables parezcan mucho más pequeñas e
insignificantes.
Ofrece a Dios en este momento esas
cosas que tu valoras.
Mira el mundo en términos de las cosas buenas que te rodean. Esas a las cuales puedes
entregar toda tu energía y tu amor.
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