Se
aprende mucho de personajes como el filósofo romano Séneca quien murió en el año 65 d. C. Decía:
La ira es un ácido que hace más daño al
recipiente que la almacena que a cualquier cosa sobre la que se vierte.
El destino ayuda a quien lo acepta, y
arrastra a quienes se resisten.
El hombre más poderoso es el que es
dueño de sí mismo.
No es que tengamos poco tiempo, es que perdemos mucho.
La verdadera felicidad no consiste en
tenerlo todo, sino en no desear nada.
Escucha
aún a los pequeños, porque nada es despreciable en ellos.
Séneca era rico en sabiduría.
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