El
sabio Maestro era esperado por muchas personas en un gran auditorio y, al
llegar, saludó con amor y se sentó.
Todos estaban expectantes y él sacó una marioneta y empezó
a manipularla sin soltar una sola palabra.
La
movía de acá para allá y miraba a las personas mientras hacía gestos de
interrogación.
Así estuvo un buen rato logrando que todos se formularan muchas preguntas
en su interior.
Entonces miró a todos, muy sereno, y preguntó:
¿Cuántas
personas son realmente libres?
¿Cuántas tienen coraje para vivir su vida y no la de otros o la
que les impone el sistema?
Lo que siguió fue una charla sobre la libertad y las estratagemas de
los que manipulan a los débiles.
Al final invitó a todos a comprar una
marioneta y a mirarla a veces para repensar la vida, ser libres y no manipular ni dejarse manipular.
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