El
emprendimiento puede ser un camino hacia el éxito, pero no es el único y no es
garantizado. Requiere dedicación, trabajo duro, resolución de problemas y una
buena estrategia. Es importante investigar y conocer el mercado antes de
emprender, así como tener habilidades empresariales y financieras sólidas.
Además, es importante estar preparado para enfrentar desafíos y adaptarse a
cambios en el mercado.
Equivocarse
en materia de emprendimiento es más común que alcanzar el éxito.
Estudios revelan que más del 50 por ciento de los proyectos innovadores son
ejecutados por personas que ya han desarrollado una carrera como empleado y su
edad supera los 38 años.
Equivocarse
en materia de emprendimiento es más común que alcanzar el éxito. De
hecho, las cosas empiezan mal desde el momento en que las personas intentan dar
una definición sobre lo que significa la palabra emprendedor.
Un diccionario de estudiante de bachillerato lo explica
de manera sencilla: persona
que inicia una obra o una empresa. No hace mención a ninguna otra
característica, lo que indica que el emprendimiento no tiene límites, es decir, que basta con tener una
idea productiva y ejecutarla. En consecuencia, está claro que puede haber emprendedores de
nacimiento o por formación.
La definición tampoco habla de edad, raza, religión,
inclinación política o cualquier otra característica particular.
En un foro reciente, un ejecutivo de 45 años que estaba
en el auditorio pidió la palabra e hizo la siguiente pregunta: ¿cuál es la edad
ideal para un emprendedor? El conferencista respondió sin titubear: “todas las edades”.
La
palabra ‘emprender’ puede ser asociada a empezar, pero no necesariamente está
relacionada con la juventud. “Cuando uno desarrolla una idea, lo importante es contar con los
recursos mentales adecuados para materializarla”.
El mismo informe señala que “lo interesante de esto, es que más del 50 por
ciento de estos emprendimientos se dan en personas que ya han desarrollado una
carrera como empleados y su edad supera los 38 años de edad. Por lo
tanto, la mentalidad y lo que cada persona crea de sí mismo que dicho de paso
se puede mejorar con Programación neurolingüística (PNL) supera, sin duda
alguna a la edad en términos de emprendimiento.
Si bien es cierto que tradicionalmente se tiene la
concepción del emprendedor como una persona joven, arriesgada, con ideas innovadoras y sin restricciones
de tiempo, “hemos observado desde nuestro campo que el emprendimiento es
generado por personas que
se encuentran en otras etapas de la vida. De igual manera, aunque es
ampliamente reconocida la figura del emprendedor como un solitario con voluntad
de seguir sus proyectos y metas, la realidad es que las organizaciones y las sociedades son motores
fundamentales del emprendimiento y cuna de la innovación”.
Es claro que esta concepción, en la cual los
emprendedores deben ser jóvenes genios con ideas brillantes que cambian los
paradigmas del mercado, ha sido ampliamente difundida y aceptada gracias a
notorios casos de éxito de compañías tales como Apple, Google o Facebook.
Estos
casos dan la sensación de que para ser un emprendedor exitoso se tuvo que haber
tenido planteado y haber puesto en marcha el modelo de negocios antes de los 25
años. No se debe caer en el error de creer que para ser emprendedor se
debe cumplir una formula única basada en la juventud y la genialidad. Existen
muchas combinaciones de factores y casos igualmente notorios de emprendimientos
exitosos impulsados por personas que podrían ser consideradas de edad más
avanzada.
¿Cómo
hacer para que una buena idea no muera por la falta de dinero?
Más
allá del dinero y de una buena estructuración financiera son claves otros
aspectos como un entendimiento claro de los requerimientos legales y
procedimentales a la hora de crear empresa y una forma adecuada de recaudar los
recursos necesarios para el inicio de la operación.
En este último aspecto, es necesario hacer énfasis en que
no es necesario hacer una
afectación del patrimonio personal o familiar, puesto que existen
alternativas diferentes para la consecución del capital, entre ellas siempre
está la opción de acceder a programas
que impulsen el emprendimiento, acudir a los diferentes programas
gubernamentales de desarrollo, realizar créditos, acceder a redes de capital de riesgo y acudir a ángeles
inversionistas.
Lo
primero que hay que tener en cuenta es que ninguna empresa generará resultados
importantes antes de cinco años.
El dinero es un factor importante, pero no determinante
para lanzarse a emprender.
Agrega
que por encima de la capacidad financiera está la decisión, el entusiasmo y la
preparación. “Muchas personas tienen el dinero, pero no la preparación mental.
Asociarse
puede ser otro mecanismo de financiación y que en la mayoría de los
casos dicho camino conlleva a que el resultado final sea más que la suma de sus
partes.
Cuando
se acude a financiación es necesario perder el miedo al desconocimiento en
aspectos de administración de empresas y en temas jurídicos y procedimentales,
puesto que en el ecosistema de emprendimiento existen diversos centros de ayuda
al emprendedor, centros de mentoría y, de igual forma, existe la posibilidad de
acudir a organizaciones que brindan orientación.
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