Durante este periodo, que ocurre generalmente entre los 50 y 55 años, se
experimentan muchos cambios hormonales, físicos y psicológicos.
La
menopausia es una etapa de la vida de la mujer que exige realizar ajustes,
porque durante este periodo, que ocurre generalmente entre los 50 y 55 años, se experimentan muchos cambios
hormonales, físicos y psicológicos.
Aquí se mencionan 10 cosas esenciales que debes saber
acerca de la menopausia, para que puedas prepararte y realizar cambios en tu
estilo de vida a fin de sobrellevarla de manera natural y sin temores.
1.
Efectos cardiovasculares. Por regla general los niveles de colesterol y triglicéridos aumentan
durante esta etapa; las lipoproteínas de alta densidad suelen disminuir,
y las de baja densidad, elevarse. Estas últimas son las dañinas, porque forman
placas de ateroma en las paredes de las arterias y pueden llegar a causar
arteriosclerosis, hipertensión, ataques cardiacos y accidentes
cerebrovasculares.
Para
reducir estos riesgos hay que hacer cambios en el estilo de vida, entre ellos
consumir más alimentos que contengan ácidos grasos omega 3 y 6, ejercitarse con
regularidad y, de ser necesario, tomar medicamentos prescritos. No hay
que esperar a que llegue la menopausia para realizar estos cambios; es
aconsejable hacerlo a partir de la perimenopausia (de los 45 años en adelante),
y si existen factores de riesgo, mucho antes.
2.
Alteraciones en el estado de ánimo. Estos cambios se deben a fluctuaciones en los
niveles de estrógenos, hormonas que regulan la producción de serotonina,
acetilcolina, noradrenalina, dopamina y otras sustancias neurotransmisoras;
al haber un desequilibrio en la producción de estas sustancias, ocurren
alteraciones en el estado de ánimo; por eso la mujer puede pasar rápidamente de la tristeza a la alegría o
del enojo a la depresión. Como estos cambios se presentan sin causa
aparente, también generan estrés.
Para
prevenir o atenuar estas alteraciones, es aconsejable hacer ejercicio y llevar
una dieta balanceada que incluya alimentos ricos en fitoestrógenos, como la
soya y sus derivados. Si los estados de ánimo exacerbados se vuelven muy
molestos o incontrolables a pesar de tener buenos hábitos de alimentación y
ejercicio, la mujer debe acudir
a un ginecólogo para que le haga una evaluación completa y le prescriba
un tratamiento.
3.
Cambios en la piel. Las alteraciones cutáneas que ocurren durante la
menopausia son consecuencia de dos factores. Uno es la disminución de
estrógenos (y su relación con los andrógenos, que intervienen en la renovación
celular de la piel), y el otro, el proceso de envejecimiento en sí.
Estos cambios hacen que disminuya el tejido graso
subcutáneo y se altere la función de las glándulas sebáceas y los folículos pilosos,
lo que puede producir
resequedad o un aumento de la secreción sebácea y acné; esto depende de los
genes de cada mujer. Por eso se recomienda ingerir líquidos (dos litros al día)
y antioxidantes (vitaminas A, C, D y E), usar cremas humectantes adecuadas
para el tipo de piel, y evitar el consumo de café, té y bebidas con cafeína,
que tienen un efecto diurético y deshidratan.
Como la piel se hace débil y frágil durante la menopausia
debido a la pérdida de estrógenos, no hay que exponerse al sol por periodos largos (se aconseja no
asolearse más de 10 minutos al día), sobre todo si existen factores de riesgo
de cáncer de piel. Es
importante usar todos los días un filtro solar con FPS de 30 como
mínimo, y reaplicarlo cada cuatro horas. En caso de que presentes alguna
afección en la piel, acude a un dermatólogo para que te examine y prescriba un
filtro solar específico.
4.
Resequedad vaginal. La pérdida de estrógenos produce cambios en la capa
externa (epitelio) de la mucosa genitourinaria: se vuelve menos resistente, más
delgada y menos elástica, lo que tiene como consecuencia una lubricación
inadecuada. La vagina se acorta, estrecha y reseca; a causa de esto, la mujer
suele tener dificultades al realizar el acto sexual (puede presentar dolor,
ardor e incluso sangrado).
Para evitar estos efectos, se recomienda usar lubricantes
hidratantes. Si éstos no te ayudan, acude al ginecólogo para que determine si
eres apta para una prescripción de estrógenos en crema o cápsulas.
5.
Pérdida de masa ósea. A partir de los 35 años, casi todos los seres
humanos (tanto mujeres como hombres) perdemos hueso: desde 0.2 hasta dos por
ciento anual. Al llegar a la menopausia, la mujer pierde uno por ciento al año.
Debido a la falta de estrógenos, tiende a presentar deficiencia de fijación de
calcio y osteopenia: una disminución de la densidad mineral de los huesos. A la
larga también puede presentar osteoporosis, lo que aumenta el riesgo de
fracturas espontáneas.
Además, la pérdida de hueso que se produce durante la
menopausia implica un
riesgo cuatro veces mayor de que también se pierdan piezas dentales.
Para evitarlo, es importante aumentar
el consumo de alimentos con alto contenido de calcio: lácteos, pescados,
mariscos, verduras verdes, leguminosas y cereales enteros.
Cuando
una mujer llega a la menopausia requiere una evaluación osteológica exhaustiva,
a fin de determinar si necesita medicamentos para evitar la pérdida de hueso,
fármacos que ayuden a formarlo o tan sólo hacer cambios en la alimentación.
También
es esencial hacer ejercicios aeróbicos de impacto bajo o moderado (caminata,
natación, pilates, ciclismo, baile, etc.) con regularidad, porque el
simple golpeteo de los huesos al hacer ejercicio estimula la formación de
tejido óseo.
6.
Migraña. Los estudios indican que, en general, las fluctuaciones en los
niveles de estrógenos no tienen relación con el riesgo de presentar migraña.
Pero si una mujer llega a padecerla durante la menopausia, es importante
determinar de qué tipo se trata. Si es migraña sin aura, en la mayoría de los casos puede
aliviarse con medicamentos (sumatriptán y eletriptán, entre otros), pero
si es migraña con aura (dolor de cabeza, mareos y visión borrosa o con leves
destellos luminosos), se debe tener cuidado de no utilizar estrógenos en el tratamiento,
porque pueden aumentar el riesgo de accidentes cerebrovasculares.
Para disminuir los episodios de migraña es aconsejable evitar el consumo
de alimentos ricos en xantinas y tiramina: café, chocolate, semillas de
calabaza, nueces, cacahuates, almendras, pistaches, avellanas, yogur, crema
agria, quesos añejados, vino tinto y refrescos de cola, así como alimentos que
contengan nitritos (salchichas, tocino y pescado ahumado) o glutamato monosódico,
un aditivo usado para acentuar el sabor.
7.
Ataques de ansiedad. Como se señaló en el punto 2, la deficiencia de
estrógenos produce desequilibrio en los niveles de sustancias neurotransmisoras
y altera los estados de ánimo; sobre todo, genera estrés y ansiedad.
Esta última puede trastornar tanto la calidad de vida de
la mujer en la menopausia, que deja de realizar actividades como conducir, ir
de compras o pasear por miedo a que algo malo le ocurra. En este caso es
fundamental que reciba un tratamiento multidisciplinario, que consiste en modificar los hábitos
alimentarios bajo la guía de un nutriólogo, hacer ejercicio físico, recibir
terapia individual o de grupo con un psicólogo y tomar ansiolíticos o
antidepresivos prescritos por un médico o un psiquiatra.
8.
Menor deseo sexual. En la menopausia se produce una disminución de la
libido por la carencia de estrógenos, pero en ella puede intervenir también la
condición psicológica, sociocultural, interpersonal y biológica de la mujer.
Por este motivo es muy importante considerar no sólo el cese de la
menstruación, sino todo lo que ocurre en torno a la mujer y su relación de
pareja.
Si
al llegar a la menopausia experimentas menor deseo sexual, acude al ginecólogo.
Él determinará si requieres una psicoterapia de pareja con un sexólogo,
andrógenos para estimular la libido o medicamentos para restituir los
estrógenos: comprimidos, parches transdérmicos, cremas, anillos vaginales u
otros (los que considere más adecuados para ti).
En
los primeros cinco años de la menopausia, el apetito sexual se reduce en 20 o
30 por ciento, y después puede disminuir hasta en 70 por ciento. Esto
depende de que la mujer haya recibido atención médica o psicológica apropiada y
un tratamiento al comienzo de los síntomas. Por eso es mejor la prevención.
9. Un retraso menstrual no equivale a la menopausia.
Cuando una mujer se acerca a la menopausia puede pasar algunos meses sin
menstruar, lo que no significa que ya se encuentre en esa etapa. El hecho de
que después reaparezcan los sangrados es señal de que sus ovarios siguen
funcionando.
La
menopausia se define como el cese de la menstruación durante un periodo de 12
meses consecutivos. Es muy importante saber esto, porque muchas mujeres
llegan a creer que ya están en la menopausia cuando no es así; caen en descuidos, se embarazan
sin planearlo y corren alto riesgo de tener un aborto espontáneo en esta etapa.
Así que deben seguir usando un método anticonceptivo adecuado y no confundir
las cosas.
10.
Modera la ingestión de café y laxantes. Es importante no abusar del
consumo de café, porque beber más de dos tazas al día (con cafeína) aumenta el
riesgo de osteoporosis. Tampoco hay que abusar de los laxantes, porque impiden
una buena absorción intestinal de calcio y vitamina D, la cual es indispensable
para la fijación de ese mineral en los huesos.
Si padeces estreñimiento crónico y dependes de los
laxantes, lo más recomendable es que aumentes la cantidad de fibra en tu dieta. Toma dos litros de agua al día y
haz ejercicio para favorecer el movimiento intestinal, hidratar las
mucosas y la piel, y disminuir el riesgo de contraer infecciones de las vías
urinarias.
Cómo sobrellevar los síntomas de la menopausia. Si te
ocasionan molestias constantes y perturban tu vida diaria, pon en práctica
estos consejos
Para disfrutar de mejor salud y tener un sueño de calidad
durante la menopausia:
- Reduce tu consumo de café y bebidas alcohólicas.
- Evita la comida grasosa o condimentada.
- Haz ejercicio por lo menos 20 minutos al día, tres veces por semana.
- Practica técnicas de relajación como el yoga y haz ejercicios de respiración profunda.
- Si padeces insomnio, come un bocadillo ligero antes de ir a la cama, que contenga muchos carbohidratos y pocas proteínas, y que sea rico en triptófano, un aminoácido que ayuda a dormir bien. Algunas fuentes de triptófano son la soya, los productos lácteos, las lentejas y las semillas.
- Procura acostarte todos los días a la misma hora.
- Duerme en total oscuridad.
- Incorpora a tu dieta alimentos que contengan lignanos, un tipo de fitoestrógenos. Se encuentran en las semillas de linaza, los cereales enteros, las legumbres, las bayas y en algunas frutas y verduras.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios