Un escollo para estar en paz cuando llega lo impensable es precisamente enfocarse en
pensar.
Hay muchas realidades que
no son para entenderlas sino para aceptarlas y asumirlas.
Eso es lo que dice Bárbara Guerra quien perdió sus brazos a la
edad de dos años al ser electrocutada.
Un día dejó de preguntarse "¿Por qué me pasó esto?" y cambió el porqué por una para
qué.
¿Acaso podemos entender
por qué mueren un bebé o un joven? No, no hay modo de entenderlo.
El secreto es abandonar el camino de la mente y avanzar por el
sendero del corazón.
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