Números arábigos
A
pesar del nombre, los
números arábigos fueron inventados en India en el siglo V. Se les dice
"arábigos" porque los europeos los conocieron gracias a los
comerciantes árabes de África del Norte en la Edad Media.
Los
matemáticos árabes los llaman "números hindúes".
El concepto del cero también se originó
en India,
en el siglo IX, pero el sistema de numeración decimal es un invento árabe del
mismo siglo.
Al
nuevo sistema le tomó al menos medio milenio establecerse.
En el siglo XI todavía había al menos
tres tipos distintos de aritmética en el mundo árabe.
Durante mucho tiempo se siguieron
usando los numerales romanos junto con los números arábigos.
Las
formas que usamos para los números hoy en día datan del siglo XIII, provienen de Marruecos y
no son los mismos que los que se usan en el árabe moderno.
Del 1 al 9 son similares, pero el
número arábigo que parece como un 0 aplastado es el 5, y el cero es un punto.
Con
el colapso gradual del Imperio Romano en 1453 vino más confusión, pues los números romanos empezaron a
ser conocidos como "los números germanos".
La
llegada de la imprenta en
el siglo XV le dio un impulso al nuevo sistema de numeración
"arábigo", pero la numeración romana se siguió usando al en
paralelo hasta el siglo XVII.
A
la numeración romana a menudo se le considera difícil de manejar e inapropiada
para hacer cálculos pero
hay algoritmos en los que se usa para matemáticas complejas.
Curiosamente, al sumar y restar, los
números romanos son un poco más fáciles que los arábigos: la suma de
100+200=300 implica aprender el significado de cuatro símbolos arbitrarios,
mientras que la misma suma en romanos (C+CC=CCC) involucra sólo uno y parece más
intuitiva.
Un
fragmento del Libro de las Revelaciones descubierto en 2005 reveló que la marca
original de la Bestia era 616 y no 666 como se pensaba
El
numero favorito de David, de Wolverhampton, es 11.235.813... ¿por qué? Porque
es una secuencia de números Fabonacci, es decir, números sucesivos que son la
suma de los dos que les preceden, por lo que son inolvidables.
Para
el próximo hay que concentrarse un poco, pero es divertido: el favorito de John, de
Yorkshire, es 142.857 porque si lo multiplicas x 2 = 285.714;
x
6 = 857.142;
x
4 = 571,428;
x
5 = 714.285...
¿Notaste
que el número fue rotando? ¡Ahora multiplícalo por 7! El resultado es 999.999
A
Victoria, de Oxford, le gusta el 12.407 por ser el número "no
interesante" más pequeño, es decir, uno que no aparece en la Enciclopedia
electrónica de secuencias de números enteros. Eso crea una paradoja pues al ser
el número más pequeño que no es interesante, automáticamente se vuelve
interesante.
Aunque
el 26 parece un número aburrido e insignificante, al inglés Rupert le gusta
pues es el único número que está entre un cuadrado perfecto (5x5=25) y un cubo
perfecto (3x3x3=27).
A la ex premier británica Margaret
Thatcher le ofrecieron el pasaporte número
007 pero lo rechazó
Números
extremadamente grandes
Un 1 seguido de 100 ceros se llama un "gúgol". La palabra fue acuñada
en 1938 por un niño de 8 años de edad: Milton Sirotta, sobrino del matemático
estadounidense Edward Kasner.
Un
gúgolplex es un 1 seguido por un gúgol de ceros... o más ceros que la cantidad
de átomos que hay en el Universo.
Estos números realmente sólo se usan
para mostrar la diferencia entre los números grandes y el infinito, que no es
un número grande sino un concepto matemático.
El
nombre del motor de búsqueda Google fue adoptado después de que un asistente
chequeó si ya alguien se había apropiado de "gúgol" (en inglés
googol) como dominio de internet. Accidentalmente, la escribieron mal y quedó "google".
Y
quedándonos con Google, si uno busca 'GIMPS', el primer resultado que aparece
es Great Internet Mersenne Prime Search o la Gran búsqueda de números primos de
Mersenne por internet, un proyecto colaborativo cuyo fin es encontrar números primos enormes
valiéndose del poder de muchos computadores.
Los números primos altos son útiles
para cifrar data; en 1994 Roger Schlafly patentó dos números primos muy
grandes, los cuales son usados como parte de un método criptográfico.
La
Fundación de Fronteras Electrónicas le dará US$200.000 a la primera persona que encuentre un número primo
con al menos 1.000.000.000 dígitos.
Cuando
estés enfadado, cuenta hasta cuatro; cuando estés muy furioso, suelta unas
groserías"
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