Así como se blindan los autos tú también necesitas blindarte contra todo lo que te
altera o descompone.
Y no hay un blindaje más seguro que el de un amor puro y el
de una fe fuerte y con raíces.
Cuando estás en la frecuencia del amor y cultivas una confianza firme
nada ni nadie te puede afectar.
Si de verdad vives en conexión con Dios, ¿Qué puedes temer? Dios
es tu escudo y tu baluarte.
Ahora bien, cuando bajas las defensas, te expones a las
malas energías creadas por los seres humanos.
La magia negra sí existe y también hay entidades que pueden
entrar en ti cuando tu alma está en el suelo.
Pero nada te lesiona si de verdad amas, te amas, confías y no te dejas vencer por los
miedos.
¿Cómo está tu blindaje?
¿Qué quieres hacer para estar más
con Dios y en paz?
Todo
depende de ti.
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