Muchas
de las ideas que hoy vemos como nuevas en realidad ya las aplicaban los romanos
hace siglos.
En
los baños termales se preparaba mucha comida “para llevar”, que se
expendía directamente en la barra.
Muchos
romanos no tenían cocina en sus casas y siempre comían lo que pedían
porque había servicios a
domicilio.
Tenían unas tabletas con una o dos caras de cera insertas
en un estuche de madera que se cerraba sobre sí mismo.
Escrito el mensaje se cerraba plegándola y un mensajero
la llevaba a alguien que daba su respuesta. Era su WhatsApp.
Hacían
reciclaje: cuando se rompía un objeto de vidrio, se guardaban los trozos
que se entregaban al vidriero ambulante.
Era un mercader que intercambiaba estos trozos por una especie de cerillas
primitivas.
El vidriero llevaba a talleres de vidrio los trozos, se fundían y se utilizaban para
producir una nueva pieza de vidrio.
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