Confía en ti, confía en Dios, haz tu
propio camino y no sufras con la desaprobación.
Tu misión en la tierra es solo de amor y lo que te lleva a lo alto es poner pasión e intención en
lo que haces.
Eres un ser único e irrepetible, por
tanto, ámate, usa
tus dones y sigue la voz de tu corazón.
Tan
pronto despiertes saluda
el nuevo día con una gozosa gratitud y con pensamientos de fe y
esperanza.
Repite
una y otra vez: Creo,
confío, amo y me aman, la vida es bella, Dios está conmigo.
Hacer
actos de fe te fortalece y te
impulsa a enfrentar las pruebas con entusiasmo y reciedumbre.
La fe es la fuerza de tu vida y como dijo un sabio: El que ha
perdido la fe ya no tiene nada más que perder.
Ponte en paz con los demás, saca espacios para serenarte y renueva hoy los buenos
propósitos.
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