En
el mito, Pegaso es un caballo alado, hijo de Poseidón dios del mar, y de la
gorgona Medusa.
En griego ese nombre significa "manantial",
y Pegaso, como hijo del
dios del mar, recibió el don de hacer brotar agua del suelo.
En
la astronomía Pegaso es una constelación formada por cuatro
estrellas rutilantes en forma de polígono.
Cada
mito enseña algo y éste nos habla de la posibilidad siempre abierta de ser más de
lo que somos.
Es como la serpiente emplumada de los
aztecas: soñar con alas,
aunque no las tengamos.
Quetzalcóatl simboliza la dualidad del
ser humano: "serpiente"
o cuerpo material con sus límites; "plumas", la energía espiritual.
Nosotros somos Pegaso o la serpiente
emplumada, a veces tan
divinos y a veces tan humanos.
Cada
quien elige a qué le da prioridad: a lo espiritual o a la materia;
ambos son buenos, pero no
igualmente valiosos.
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