Aprende a pensar racionalmente cuando
nos encontremos ante una situación de ansiedad y evita los pensamientos
negativos.
Estos
son cuatro puntos, que nos muestran una estrategia a utilizar cuando nos
encontremos ante estímulos ansiógenos.
Paso 1 para enfrentarte a la ansiedad
Lo primero será pensar en lo peor que
podría pasar en esa situación. Normalmente cuesta mucho dar este paso ya que no estamos
acostumbrados a pensar realmente en lo peor, sino en consecuencias negativas
controladas.
No
nos ponemos en lo peor de la situación porque eso nos da muchísimo más miedo.
En cambio imaginamos algo malo pero relativamente controlado por nosotros que
no es lo que realmente nos está provocando esa sensación de malestar. Un
ejemplo sería “Lo peor que me puede pasar es que suspenda esta asignatura, que
tenga que repetirla una y otra vez y que, tras examinarme seis veces no sea
capaz de aprobarla y me echen de la carrera”.
Paso 2 para enfrentarte a la ansiedad
El segundo paso consiste en mantener la
duda contemplando otras posibilidades que puedan ocurrir en esta situación. Es importante barajar
otras alternativas que pueden suceder y que jamás nos habíamos planteado, así
que hay que preguntarse ¿Qué otras cosas pueden pasar? Se trata de mantener la
duda y considerar otras posibilidades sin darle más credibilidad a unas que a
otras, aceptando todas como posibles.
Normalmente
nos centramos en lo peor o en que no ocurra, evitando las posibilidades que nos
ofrece la vida real. Dejamos
de lado otras opciones como son las positivas, que también suelen darse.
Tenemos
que habituarnos a ampliar las opciones que puedan ocurrir en esa situación. De
esta manera dejaremos de focalizar la atención en una o dos opciones pasando a
considerar todas las opciones que seamos capaces de imaginar.
Los siguientes ejemplos se adaptarían a
la situación de la que partimos:
-Puede
que suspenda la asignatura pero seguramente la apruebe en septiembre.
-Puede
que jamás llegue a aprobarla y que tenga que dejar la carrera.
-Puede
que apruebe la asignatura con un cinco y que ya no tenga que saber más de ella.
-Puede
que apruebe con muy buena nota la asignatura y que suba mi media de expediente.
-Puede
que me quede en el límite pero que con la práctica que he hecho llegue al cinco
y así me tenga que olvidar.
Es importante incluir alternativas
positivas, negativas y neutras y cuanta más cantidad mejor. No pasa nada si incluímos
alternativas disparatadas.
Para
habituarnos a mantener la
duda es mejor considerar muchas opciones y, sobre todo, añadir a nuestras
opciones de pensamiento una escala de grises que normalmente no tenemos en
cuenta.
Paso 3 para enfrentarte a la ansiedad
Tras
crear una lista con todas las posibles opciones necesitaremos elegir la más probable siguiendo
la lógica y la razón. Por lo tanto habría que preguntarse: ¿Desde un
punto racional qué opción es la que con más probabilidad se dará?
Así
pues, una opción, siguiendo estos pasos, sería la siguiente: “Puede ser que me cueste, porque
es una asignatura difícil, pero si me esfuerzo y me pongo a ello seré capaz de
sacarla. Con mejor o con peor nota, pero lo más probable es que sea capaz de tener, como mínimo,
un aprobado. Además he hecho la prueba de evaluación continua y eso
sumará unas décimas a mi nota”.
Paso 4 para enfrentarte a la ansiedad
Por
último está el paso más importante y difícil, que consiste en aceptar y desafiar lo que más tememos.
Esta parte del ejercicio
conlleva aceptar la posibilidad, aunque sea algo muy improbable, de que las
consecuencias más temibles se puedan producir, pero no desde un punto de vista
de “soy incapaz de solucionarlo”, sino desde un rol de persona que es
capaz de afrontarlo, que tiene las herramientas para encontrar una solución.
Por
ejemplo sería decirnos a nosotros mismos “En el caso de que curse esta
asignatura una y otra vez, llegue a la última convocatoria y la suspenda,
echándome de la carrera tendré que afrontarlo. Mi vida no se acaba en esta
carrera y en esta asignatura, porque en el caso de que la suspenda tendré otras
opciones”.
Como ves este método nos ayuda a
modificar nuestros pensamientos,
dejando atrás las distorsiones cognitivas como son el pensamiento dicotómico o
la adivinación del futuro y anticipación de los acontecimientos catastrofistas.
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