Entre
el 50 y el 60 % de la población sufre de intolerancia a la lactosa, una
reacción a este componente de la leche que lleva a la mayoría a abandonar el
consumo de lácteos por los síntomas tan molestos que produce.
La leche contiene un tipo de azúcar llamado lactosa, la cual
es metabolizado en el intestino delgado gracias a una enzima; sin embargo, con
el paso de los años esta enzima se puede disminuir y por tanto esa lactosa no
es bien asimilada por el organismo, a esto se le llama intolerancia a la
lactosa.
Lo que se presenta son básicamente gases, distensión
abdominal y por ende dolor. Estos síntomas surgen generalmente unos 20 minutos
después de haber ingerido la leche.
Muchas personas con esta condición no van al médico, se
auto-diagnostican intolerantes a la lactosa, y en muchos casos eliminan todos
los productos lácteos de su dieta sin que eso sea necesario.
La
recomendación es que suspenda el producto lácteo entero y puede consumir los
productos deslactosados.
Esos productos son bastante útiles ya que la leche es
necesaria, y las mujeres primordialmente las posmenopáusicas, deben consumir
cierta cantidad de leche diaria, entonces considero que son muy útiles los
productos deslactosados que hay en el mercado.
Los
productos lácteos para llegar a ser deslactosados son sometidos a un proceso en
el que se hace una variación a esa lactosa para que pueda ser digerida de
manera adecuada en el estómago.
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