El
presidente de la República, José Mujica, recibió reiterados aplausos y fue
ovacionado de pie por los presidentes y representantes de los gobiernos de los
países de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), tras un emotivo discurso
en el que expresó que Latinoamérica debe ser un “reservorio de lo mejor de la
civilización humana, un continente de paz, justicia y solidaridad”.
Latinoamérica debe ser un “reservorio de lo mejor de la
civilización humana, dijo Mujica.
Una vez más, el mandatario generó la admiración tras un
discurso en un foro internacional. En esta oportunidad fue durante la cumbre de
presidentes de UNASUR.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, entregó a Mujica
la máxima condecoración que otorga, la Orden Nacional al Mérito, en el grado de
Gran Collar, en reconocimiento a su trayectoria “a lo largo de una vida militante dedicada a luchar por la
justicia social en beneficio de su pueblo desde los diversos ámbitos y entrega
que lo ha convertido en un referente político de talla mundial”.
“No
tengo vocación de héroe, pero sí me molesta la injusticia, la desigualdad”,
dijo en su discurso.
Luego, Mujica recibió de parte de Surinam la presidencia
temporal de la UNASUR.
DISCURSO
Tras recibir la presidencia pro-témpore del bloque
regional, el mandatario se dirigió a un público compuesto por presidentes y
jerarquías de todas las naciones de UNASUR.
Mujica recibió reiterados aplausos durante su discurso y
al final de la oratoria fue
ovacionado de pie por todos los presentes. A tal punto que el maestro de
ceremonia, luego del extenso aplauso, dijo: “No hay pausas. Que no haya pausas
para el aplauso merecido para el Pepe Mujica, como ha sido su discurso,
palabras sin pausas”.
Al
inicio de su exposición, el mandatario aconsejó a los más jóvenes a quienes
recomendó luchar por darle contenido a la vida.
Expresó que cada cual puede ser el autor del camino de su propia vida. “Puedes darle un contenido o enajenarla y que te la compre el mercado,
entonces te pasas toda la vida comprando cacharros y pagando tarjetas y después
estás como un viejo como yo, lleno de reumatismo”.
“¿Pero qué hiciste en este mundo? Si tuviste un sueño y peleaste por una esperanza e
intentaste transmitírsela a quienes te rodean, tal vez quede un pequeño
aliento un pálido recuerdo que vale más que un monumento. La esperanza humana
que se va realizando en las nuevas generaciones”, dijo.
En tal sentido, agregó que nada vale más que
la vida. “Luchen por la felicidad la cual es darle contenido y rumbo a la vida
y no dejar que te la roben. Para eso no hay receta, sino que todo está en la
conciencia”.
Mujica dio un segundo consejo a los jóvenes: “Lo imposible cuesta un poco más, y derrotados son solo aquellos
quienes bajan los brazos y se entregan”.
La vida te puede dar “mil tropezones” en todos los
órdenes, en el amor, trabajo, en los sueños, pero una y mil
veces estás hecho con fuerzas para volverte a levantar y volver a empezar,
porque lo importante es el camino.
“No
hay una meta, no hay un arco de triunfo, no hay un paraíso, ni odaliscas que te
van a recibir porque moriste en la guerra. La quedaste y punto. Lo que hay es
otra cosa, es la hermosura de vivir al tope. De querer la vida en cualquier
circunstancia, luchar por ella y tratar
de transmitirla, porque la vida no solo es recibir, sino antes que nada dar
algo de lo que tenemos por más jodidos que estemos, porque siempre hay algo
para darle a los demás”, manifestó Mujica lo que generó un cerrado
aplauso.
Por otro lado, recordó que a Uruguay, en la década del 40
lo llamaban la Suiza de América. “Habíamos sido hijos privilegiados del imperio
inglés y nos fue bastante bien, como a la República Argentina que estaba
orgullosa entre los poderosos del mundo. El río de la Plata era distinto al
resto de América Latina, parecíamos medio europeos y hasta lo creímos”.
“Pero eso fue un espejismo, paso. El mundo se reacomodó
después de la guerra y vinieron los términos de intercambio y empezamos a
deberle al FMI. Esa fue mi juventud”, recordó el mandatario.
Agregó que “algo que era muy alto y hermoso se
desmoronaba, y no hay cosa más ‘retobada’ que aquel que estando bien se viene abajo”.
“Por eso pertenezco a un movimiento que se golpeó la boca
y salió a intentar cambiar
el mundo, pero nos molieron a palos”, lamentó.
También aseguró que acariciaron los sueños, en tiempos en
los cuales pensaban que la dictadura del proletariado era una “explicación
importante de la lucha de clases”.
“Aquel viejo fuego que llevábamos adentro era tan grande
que nos permitió llegar hasta hoy siendo conscientes de los errores que cometimos, pero también de la
gigantesca generosidad con la que abrazamos la vida”, señaló.
Aseguró que no reniega de su pasado y de los “errores”, porque la vida es un continuo
aprendizaje y está llena de caminos muertos y pisotones, “pero las viejas
causas que nos empujaron están presentes en el mundo que nos toca vivir, porque
nunca se ha visto tanta concentración de la riqueza y tanta desigualdad en un
mundo que tiene tantos recursos y posibilidades”.
“Tengo
la confianza de que el hombre es capaz de construir sociedades mejores, si
tiene el coraje de mirar el rumbo de las sociedades más antiguas que están en
el fondo de la historia de la humanidad, no para volver al hombre de las
cavernas, sino para
aprender la generosidad que implica la defensa de la vida para entender lo más
simple porque para ser felices necesitamos la vida de los otros”,
indicó.
En tal sentido, remarcó que los individuos solos, somos
nada. “Dependemos de la
sociedad y la marcha de la sociedad es lo que nos permite mejorar nuestras
vidas”.
Mujica reafirmó que a las causas colectivas hay que
“levantarlas” y en este momento eso tiene un nombre: “La lucha por acercarnos
en América Latina, integrarnos, por recrear una cultura que respete la
diversidad pero exprese el ‘nosotros’ profundo y oculto que viene de la
conformación de nuestra propia historia”.
El reservorio de los mejor de la civilización
Dijo a los jóvenes que si
quieren vivir felices, tienen que levantar una idea en la que creer. “Vivan
para servir a esa idea y no se dejen
esclavizar por el mercado. El mundo que tengamos será el que seamos
capaces de lograr”.
“Los latinoamericanos tenemos
que ser un reservorio de lo mejor de la civilización humana, un continente de
paz, sin odio ni venganza, de justicia, solidaridad donde es hermoso nacer”,
remarcó.
También pidió a todos los presentes: “Denle contenido a la existencia, porque si no lo hacen en forma
consciente, entonces el contenido será la cuota que tienen que pagar cada fin
de mes por el nuevo cacharro que tienen que comprar”.
Mujica dijo que hay otras cosas además de la juventud:
“La irreverencia de mirarse en el espejo y comprometerse con la realidad, para
eso se puede ser joven o viejo”.
Pidió no dividir el mundo en
mujeres, hombres; negros o amarillos, sino en dos sectores: “Los que se
comprometen y los que no se comprometen. Comprometerse es abrazarse a una
causa”.
“Sé que me estoy acercando al tiempo de ‘una para salir’,
y todavía no he podido creer en el más allá, pero respeto tanto a todas las
religiones porque he visto en una sala de hospital el enorme servicio que le
prestan al bien morir”, reconoció.
“Sé
que uno de estos días seré menos que polvo, pero tal vez quede alguna paloma dando
vueltas en la cabeza de alguno. Gracias Ecuador y un abrazo a todos”,
puntualizó el mandatario lo que generó un aplauso extenso y el abrazo de los
mandatarios.
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