A
veces los padres y abuelos, en su afán de mimar y sobreproteger, malcrían
“hijos o nietos bon bril” o de la “generación nini”.
Ni
trabajo ni estudio. ¿Para qué?
Mis padres o abuelos me mantienen mientras veo Tv o videojuegos y me
divierto con los amigos.
Los
adultos olvidan que para tomar consciencia hay que afrontar consecuencias que casi siempre
deben ser duras.
Es
el modo como suelen aprender los humanos: a las malas, estrellándose,
tocando fondo.
Pero ellos no quieren eso para sus “niños de
24 o 30”, “pobrecito(a),
me da pesar, yo lo(a) sostengo”.
Y ahí tenemos esos espinosos dramas de familia
en los que tanto los
mayores como los hijos sufren en su inconsciencia.
Es que es tan común llamar amor al pesar o la lástima, mientras
se interfiere en el aprendizaje de “ese(a) niño(a)”.
Tan
inconscientes son los adultos como esa “niña” o niño” nini, que van a sufrir
mucho y a hacer sufrir a otros.
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