“El
liderazgo tiene que venir de adentro hacia fuera. El líder es fiel a un sistema
de valores óptimo, es un buen modelo.
Así genera credibilidad y compromiso. Su estilo no es autocrático y
crea una cultura de diálogo y trabajo en equipo.
Modelar y orientar con rectitud serán los
fundamentos del liderazgo en el siglo XXI”. Stephen Covey.
Eso suena bonito, pero aún perduran jefes que despiertan miedo,
gritan todo el tiempo y siguen en su cargo porque obtienen resultados.
La falla es que ellos y los que los tienen ahí
no se dan cuenta de que
lograrían mucho más armonizando la autoridad con el humanismo.
Es inaudito que en algunas empresas todavía existan jefes dominantes,
con un ego faraónico, con mucho poder y poca sensibilidad.
Son
jefes con un corazón de piedra que deben desaparecer, pero
hay Juntas Directivas que los sostienen.
Es que para ellas lo primero no es la gente, sino cumplir
metas para ganar más, aunque
las personas sufran.
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