Quiero hablarte a ti, y decirte, que ni una alimentación
deficiente, ni la falta de ejercicio han provocado tus kilos de más
Lo que te hizo engordar fue el
miedo, el sentimiento de abandono, la falta de amor, la desvalorización, la
desprotección, todo esto lo expresaste en impulsos inconscientes, y ellos se
manifestaron como hábitos alimenticios deficientes.
Ten en cuenta que la finalidad de las experiencias
dolorosas no es perdurar, sino enseñarnos su lección y luego disolverse
Sin embargo como tu sistema de
drenaje emocional esta averiado, has tratado, inconscientemente, de deshacerte
de esos pensamientos y sentimientos por medio de la digestión, diciendo:
Si no puedo procesar mi tristeza, quizá me la pueda
comer, si no puedo procesar mi ira, quizá sea capaz de engullirla.
Ese exceso de peso desaparecerá
cuando ese niño interior que aún vive en el cuerpo del adulto, creciendo a
través de la grasa, para ser reconocido y protegido por el adulto y se de
cuenta que el miedo pertenece al pasado y que ahora esta a salvo
Ese niño interior dejara de crecer en forma de grasa
corporal.
Quiero que sepas que la grasa es una expresión física de
tu necesidad de poner distancia con los demás, esta grasa ha sido un
muro para protegerte, una barrera, que tu mismo has creado
Te propongo que derribes los ladrillos de ese muro de
grasa, para así darle paz y libertad emocional a tu niño interior.
Esos ladrillos hoy, ya no te
sirven, esos ladrillos que tienen nombre y se llaman: Vergüenza, Rabia, Miedo,
Rencor, Injusticia, Protección, Separación, Agotamiento, Estrés, Complejo de
inferioridad.
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