Los niños en Finlandia empiezan la escuela a los 7 años, mucho más tarde que en la
mayoría de los países del mundo.
No
son los que más invierten en educación (menos del 7% del PIB), ni los que imponen la mayor
carga horaria a los niños en las escuelas (608 horas lectivas en
primaria en comparación con 875 de España, por ejemplo).
Tampoco
se inclinan por dar cantidades excesivas de tarea para la casa; y, a la
hora de evaluar formalmente el éxito del proceso de aprendizaje, un par de exámenes nacionales
cuando los jóvenes dejan la escuela, a los 18 años, les basta.
Entonces, ¿cómo es posible que los alumnos finlandeses
siempre ocupen los primeros puestos en las listas internacionales que evalúan los
niveles educativos?
Finlandia
ocupa el puesto número dos en ciencia, el número tres en lectura y el número
seis en matemáticas.
Finlandia parece haber
encontrado un modelo -de educación gratuita de principio a fin y donde las
escuelas privadas casi no existen- que tiene a los
maestros y a los estudiantes contentos por igual.
Finlandia marca la diferencia en:
Casi todas las escuelas son públicas (el número de
escuelas privadas es ínfimo).
Toda la educación es gratuita (desde el preescolar hasta
la universidad)
La comida y los materiales de estudio también son
gratuitos.
Durante los primeros seis años de primaria es el mismo
maestro para casi todas las asignaturas.
Jornada escolar: de 8.30 - 9 a 15 hs., con media hora de
almuerzo.
Exámenes nacionales cuando los alumnos tienen 18 años
Promedio de alumnos por clase: 23.
Clases mixtas (mujeres y varones, y diferentes grados de
capacidad).
Maestros debe tener una maestría para ejercer la
docencia.
Son muchos los factores que hacen que la educación en
Finlandia sea una de las mejores del mundo, pero uno de los temas clave, según
varios expertos "El profesorado tiene un nivel de formación
extraordinaria, con una selección previa tan exigente que no se compara con
ninguna otra en el mundo".
"Sólo entra en las facultades
de educación gente con notas por encima de nueve, nueve y medio sobre diez. Son
muy exigentes. Se les hacen pruebas de lectura, sensibilidad artística, de
dominio de algún instrumento, de comunicación... Como resultado, las
universidades sólo reclutan a un 10% de los estudiantes que se presentan.
Y para ejercer la docencia todos los maestros necesitan
hacer una maestría.
La contraparte de esta exigencia es el reconocimiento. No
necesariamente en términos económicos, ya que los sueldos de los educadores no
presentan grandes diferencias con el resto de Europa, el salario básico de una maestro de primaria es de
entre US$29.000 y US$39.000 anuales.
"Los
maestros son considerados profesionales académicos y tienen la responsabilidad
de desarrollar su trabajo, por eso no se ejerce sobre ellos un control
excesivo"
"Aquí no es como en otros sitios, no tenemos tantas
normas".
"Esta profesión atrae a tanta gente porque ser maestro es un honor en Finlandia. Probablemente sea la profesión más valorada".
"Aquí no es como en otros sitios, no tenemos tantas
normas. Podemos elegir cómo enseñamos. Tenemos más libertad. Pero esto
significa también más responsabilidad".
Gasto público en educación, total (% del PIB)
Finlandia: 6,8%
Suecia: 7,3%
Dinamarca: 8,7%
Argentina: 6%
Cuba: 13,1%
Chile: 4,2%
México: 5,3%
Estados Unidos: 5,4%
Otra de las razones por las que
el sistema finlandés funciona es, en gran medida, porque la escuela es sólo uno
de los engranajes del proceso educativo. Las otras variables de peso son la
familia y la sociedad donde hay un elevado sentido de
la responsabilidad y donde se valora a las personas "por su formación y no
por su situación socioeconómica".
"La mayoría de los hogares están suscritos a uno o
varios periódicos y ésta es una tradición que luego se pasa a los niños".
El sentido de la responsabilidad está arraigado en la
cultura finlandesa.
Los medios indirectamente también ayudan al aprendizaje
de la lectura. "Todos los programas de
televisión en lengua original, la mayoría en inglés, están subtitulados y eso
impulsa a los niños a aprender a leer y a aumentar la velocidad lectora".
Pero también los finlandeses apuestan por la educación
porque saben que como país pequeño, rodeado de vecinos poderosos como Rusia o
Suecia y sin un arsenal de recursos naturales a su disposición, la cultura -su dominio en el ámbito del conocimiento- es lo que lo que les da la
posibilidad de competir en una economía global.
Y puertas adentro, la excelencia en el nivel
educativo se traduce "en un grado importante de cohesión social, que les
permite a los finlandeses sentir que son parte de la sociedad, incluso en
tiempos de crisis"
"Cuando planteamos grandes
reformas educativas, por ejemplo, siempre involucramos a los maestros y a los
alumnos, no se trata de órdenes del gobierno que los educadores
tienen que acatar, son reformas que hemos preparado juntos"
"Todo se basa en la confianza mutua y en la construcción de un
consenso”.
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