La meta de ser feliz
no es esquiva, la alcanzas si te amas y renuevas cada día estos ocho
compromisos:
Hoy elijo vivir solo
en el ahora, dejo las premuras y actuaré con paciencia y
sereno desapego, sin cadenas que atan.
Hoy decido no juzgar. No criticare a nadie ni pretenderé cambiar a los demás, solo a mí mismo.
Hoy me adaptaré a las circunstancias sin pretender que las circunstancias se adapten a mis deseos.
Hoy dedicaré diez minutos a la plegaria y otros diez a un libro que nutra mi alma y me inspire.
Hoy haré una buena acción y no se lo diré a nadie.
Hoy elaboraré un
plan detallado de cambio. Haré lo indecible por cumplirlo cabalmente.
Hoy creeré firmemente aunque las circunstancias demuestren lo contrario. Sé que la fe es mi fuerza.
Hoy perdonaré de corazón a quienes me han lastimado y sacaré de mi alma el odio y el rencor.
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