Si
usted quiere bajar de peso o simplemente está interesado en tener una dieta
verdaderamente saludable, tenga en cuenta lo que han encontrado varias
investigaciones sobre la comida más peligrosa.
1.
Comida chatarra y de paquetes
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) señaló que
los comestibles ultraprocesados no están diseñados para alimentar, sino que
muchos de sus ingredientes buscan conservarlos por mucho tiempo y promover
deseo de consumo, al punto de que bloquean los mecanismos de control del
apetito y la voluntad para dejar de comer.
La
OPS también dijo que estos productos son doblemente perjudiciales porque son
casi adictivos, lo que favorece su ingesta, y a su vez modifican
procesos metabólicos que estimulan la absorción calórica proveniente de otros
productos. Si se suma que se eligen por encima de los alimentos frescos, su
presencia en las dietas es factor clave en esta epidemia.
2.
Alimentos fritos
Un estudio publicado en el 'American Journal of Clinical
Nutrition' demostró que una
dieta que incluya alimentos fritos predispone al sobrepeso y la obesidad.
La investigación siguió a más de 40.000 voluntarios y relacionó el índice de
masa corporal y el perímetro de la cintura con el consumo de estos productos y,
por ende, con enfermedades cardiovasculares.
Las
grasas hacen la comida más apetitosa que aquella que es cocida o hervida,
además de saciar poco y favorecer la absorción y el metabolismo de otros
productos que se ingieren junto con ellos. En conclusión, se sugiere evitar el uso diario de aceites
y cocinar a la plancha, al vapor o al horno.
3.
Bebidas y jugos con azúcar
La Comisión de Salud Pública de Boston, basada en varios
estudios, alertó sobre el hecho de que beber en exceso gaseosas y jugos con azúcar añadida
aumenta el riesgo de obesidad, desarrollar diabetes tipo II,
enfermedades cardiacas y gota. De hecho, las mujeres que consumen uno o más de
estos productos duplican el riesgo de desarrollar diabetes, en comparación con
las que no lo hacen.
Un endocrinólogo explica que el azúcar que se usa en estos alimentos no
alimenta y produce calorías vacías, que no se queman fácilmente y tienden a
acumularse en forma de grasas dañinas. En el caso de los niños que las
toman diariamente, la posibilidad de ser obeso en la adultez aumenta en un 60
por ciento
4.
Bizcochos, panes y hojaldres
Galletas,
pasteles, donas y bizcochos, y más los hojaldrados, forman parte de la dieta
diaria de al menos el 10 por ciento de los niños, que, en una proporción de
casi la mitad, los comen dos veces por semana.
La
mayoría de ellos contienen aceites no saludables, mantequilla, azúcar, dulces
como bocadillo o arequipe, que los tornan gustosos, pero que además
concentran gran cantidad de calorías, muchas de ellas libres, en pequeñas
porciones.
Una importante nutricionista explica que son atractivos para todas
las edades y mucho más peligroso por presentaciones de varias unidades y a bajo
precio, lo que induce a que la gente termine los paquetes después de
abiertos. “Son muy riesgosos”, remata.
5.
Dulces, postres y caramelos
Así sean caseros, pequeños y hasta de apariencia
inofensiva, estos productos son
una trampa porque culturalmente hacen parte del día a día de la gente.
¿O quién no piensa en un postre tras el almuerzo?
Y
aunque puestos en dosis pequeñas se pensaría que pueden ser tolerables, el
problema, según la nutricionista Bayona, es que se consumen varias veces al día
e incluso se convierten en pasabocas entre comidas. Aquí cabe todo el
espectro de la confitería industrial: dulces, bombones, almíbares y gomas. La
experta indica que los postres caseros, en particular, pueden salvarse, siempre y cuando sean parte
integral del contenido calórico de una dieta normal. Lo demás estaría
proscrito, sobre todo en niños y adolescentes.
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