El ritmo de vida frenético lleva a
muchos a buscar un lugar de descanso para reflexionar.
¡Qué
bueno que saques tiempo para cuidar tu alma y fortalecer tu fe!
-
Llévate un buen libro que te ayude a ser más espiritual, y comparte lo leído
con los que amas.
- Saca
tiempo para relajarte y meditar: Cierras tus ojos, respiras bien y aquietas tu
mente.
Hazlo en un lugar calmado, pon música
suave y enfoca tu mente en Dios y en un paisaje relajante.
- Haz algún ritual para sanar las
heridas del alma. Ora con fe para perdonarte y perdonar. Prende un velón
blanco, míralo y ora.
Escribe
todo lo negativo en un papel y luego lo quemas o lo arrojas al fuego, al río o
al mar.
- Cierra tus ojos y pide guía a los
ángeles. Ellos hablan sin palabras. Ámalos y siéntelos
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