¿Qué es una depresión?
La OMS (Organización Mundial de la Salud) define
la depresión como:
Dependiendo del número y de la intensidad de los
síntomas, los episodios depresivos pueden clasificarse como leves, moderados o
graves.
Una
distinción fundamental es la establecida entre la depresión en personas con y
sin antecedentes de episodios maníacos. Ambos tipos de depresión pueden ser crónicos y
recidivantes, especialmente cuando no se tratan.
Depresión unipolar
Durante los episodios depresivos típicos hay
estado de ánimo deprimido, pérdida de interés y de la capacidad de disfrutar, y
reducción de la energía que produce una disminución de la actividad, todo ello
durante un mínimo de dos semanas.
Muchas personas con depresión también padecen síntomas de ansiedad,
alteraciones del sueño y del apetito, sentimientos de culpa y baja autoestima,
dificultades de concentración e incluso síntomas sin explicación médica.
Dependiendo del número y de la intensidad de los
síntomas, los episodios depresivos pueden clasificarse como leves, moderados o
graves. Las personas con
episodios depresivos leves tendrán alguna dificultad para seguir con sus
actividades laborales y sociales habituales, aunque probablemente no las
suspendan completamente. En cambio, durante un episodio depresivo grave es muy
improbable que el paciente pueda mantener sus actividades sociales, laborales o
domésticas si no es con grandes limitaciones.
Trastorno bipolar
Este tipo de depresión consiste
característicamente en episodios maníacos y depresivos separados por intervalos
con un estado de ánimo normal. Los episodios maníacos cursan con estado de
ánimo elevado o irritable, hiperactividad, logorrea, autoestima excesiva y
disminución de la necesidad de dormir.
¿En qué consiste la terapia psicológica
cognitivo-conductual?
Voy a tratar
de explicar brevemente como se lleva a cabo, en mi opnión, una terapia
cognitivo conductual en un paciente con un cuadro de depresión unipolar o
trastorno depresivo mayor.
1ª Sesión o toma de contacto.
Cuando un
psicólogo recibe a un paciente, se debe realizar una entrevista en donde se
recaba información como: datos personales, antecedentes familiares y
conductuales, sintomatología y qué situaciones y comportamientos hacen que la
persona se sienta mejor y cuáles lo/la hacen sentir peor.
También se suelen administrar test de ansiedad,
depresión y personalidad,
para determinar el estado actual del paciente, marcar un punto de partida, para
posteriormente, evaluar la intervención y además, determinar si la depresión es
comórbida a otro trastorno, o si por el contrario, se presenta aisladamente.
2ª Sesión e inicio de la intervención.
En este
nueva sesión se le explica al paciente la hipótesis diagnóstica y también el tipo
de terapia que el psicólogo decide y se comienza a proceder.
Normalmente,
se intentan localizar las distorsiones cognitivas que el paciente emite en su
discurso y también se intentan buscar aquellos reforzadores positivos y
negativos que ayuden a mantener las conductas asociadas a la depresión.
Con todo esto se elaboran autorregistros
conductuales para que el/la paciente rellene en su día a día y así
posteriormente, en una nueva sesión terapéutica, analizarlos para poder llevar
a cabo una modificación en sus pensamientos y conductas.
3ª Sesión
Se analizan
los autorregistros para poder rebatir las distorsiones cognitivas que presente
el/la paciente y rebatirlas con pensamientos objetivos, para que éstos vayan
sustituyendo los pensamientos automáticos típicos en un cuadro depresivo.
En la última parte de la sesión, se introducirá la
relajación como medida para disminuir el arousal psicofisiológico y así evitar
la ansiedad que suele acuciar a estos/as pacientes.
4ª Sesión y posteriores.
En las próximas sesiones se seguirán trabajando
las distorsiones cognitivas y entrenando al paciente en relajación, además de
recomendarle la práctica habitual de deporte aeróbico (andar, nadar, “running”
suave,…).
Con todo
ello, lo que se pretende, es regular los niveles de serotonina, adrenalina y
estabilizar, de este modo, su estado de ánimo.
Ultima sesión
Se
administrarán de nuevo los test de ansiedad y depresión para objetivar los
resultados.
Se recalcará
el factor preventivo, ante futuros episodios depresivos, que tienen la práctica
de relajación y del deporte.
Se citará
para una revisión en, más o menos, dos meses.
En conclusión
La duración de la terapia suele variar, pero lo
habitual es que su temporalidad sea de seis a diez sesiones, durante las
cuales, se observará la evolución del paciente en función del número e
intensidad de distorsiones cognitivas, de sus síntomas psicofisiológicos y
también, de su trabajo con los autorregistros, con la práctica de relajación y
del deporte.
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