En los anales de la aviación los pilotos saben qué pasó el 27 de marzo
de 1977 en las Islas Canarias.
En un accidente terrible chocaron en la pista dos aviones jumbo y
murieron 179 personas debido a fallas humanas.
Lo más grave es que el error lo cometió un piloto experimentado de KLM,
cegado por la soberbia.
Como se creía el chacho del paseo, desobedeció a la Torre de
control y provocó una colisión monstruosa.
Desde entonces se tomaron medidas para implantar un trabajo de
equipo en las cabinas y mejorar así la seguridad.
Hoy en día el comandante de un avión no puede actuar como un déspota y tiene que crear sinergia con el copiloto.
Ambos fieles al programa CRM (Crew Resource
Managment): Manejar bien
los recursos de la tripulación.
Un programa diseñado para trabajar en equipo ya que solo así hay buenos
resultados en un avión y en cualquier parte. Las tragedias
pasan para enseñarnos algo.
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