Al educar busca el trasfondo. Un niño
no golpea a su hermano, te ignora o hacen berrinches porque sí.
Tienes
que ir más allá para
comprender realmente qué está sucediendo y así tu ayuda es más
significativa y duradera.
Si
obras así él baja un poco la guardia, está más abierto a escuchar límites y reglas y es
más creativo para resolver un problema.
En
lugar de decir: ¡Pórtate
bien con tu amigo y comparte, o no podrás ver tele ni usar tu tableta
más tarde!
Di: Piensas si compartir tu juego.
Lo entiendo. Cuesta compartir y te sientes un poco enojado.
¿Se te ocurre un plan para que puedan
jugar con él juntos?
Dime si necesitas ayuda porque siempre cuentas conmigo.
Padres:
El llanto, la resistencia
y la agresión física podrían ser solo la punta del iceberg.
Bajo la superficie puede haber hambre,
falta de sueño, exceso de estímulos, sentimientos fuertes o cambios duros de aceptar. Sé un
compañero que guía, no un
juez que controla.
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