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Tan solo debes sembrar lo que puedas abonar.
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Quien bien tiene y mal escoge, si sale mal que no se enoje.
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Quien de joven come sardinas, de viejo caga las
espinas.
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Mano sobre mano, como mujer de escribano.
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Te voy a dar más cera que la que arde.
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Las palmas son más altas y los burros comen de
ellas.
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Enfermo que bebe y no mea el diablo que se lo
crea.
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Quien ahorra una peseta cuando puede tiene un
duro cuando quiere.
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Vanidad exterior es indicio de pobreza interior.
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Una mano lava a la otra y las dos lavan la cara.
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El que vive en una casa de cristal no debe tirar piedras.
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Las cuentas claras y el chocolate espeso.
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Las cartas y las mujeres se van con quien quieren.
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El que más madrugó, un talego se encontró.
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Donde tiene el tesoro el avariento, tiene el
entendimiento. Dos cojos nunca se miran con buenos ojos; y dos bizcos, con más
motivo.
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Quien ama el peligro, en él perece.
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Compra lo que no te hace falta y no tendrás lo que te haga falta.
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Buey lerdo, bebe agua turbia.
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Un amigo es un peso en el bolsillo.
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Si no te vas a beneficiar, dejas que el otro se
joda.
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A canas honradas no ha de haber puertas
cerradas.
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Un buen libro es un tesoro: cada hoja, un pan de
oro.
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Vejez y hermosura nunca se vieron juntas.
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Desconfía del médico joven y del barbero viejo.
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Nunca amarga el manjar por mucho azúcar echar.
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Gato con guantes, no caza ratones.
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Caballo de regalo, tenlo por bueno, aunque sea malo.
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Gallo que no canta, algo tiene en la garganta.
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La felicidad es: buena salud y mala memoria.
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Las palabras se las lleva el viento.
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El hombre cuando da su cigarro, por la ceniza
vuelve.
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Entre menos burros, más choclo.
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El que está, y no está por su gusto, que se joda
es justo.
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Ya decía Salomón que el buen vino alegra el corazón.
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Lo que no se llevan los ladrones, aparece en los
rincones.
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Cantar bien es de pocos; cantar mal es de locos.
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Cuando estés en Roma, haz lo que hacen los
romanos.
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Mira la peseta y tira el duro.
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Coge brillo cadenita, que tu mojo llega.
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No te cases con mujer que te gane en saber.
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Lo que no has de comer, déjalo cocer.
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Al pan, pan; y al vino, vino.
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Cuando marzo mayea, mayo marcea.
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Cada medalla tiene dos caras.
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No hay mandado como el que hace el mismo amo.
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Averígüelo, Vargas.
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