Aunque
parezca que siempre has pensado de la misma manera, si profundizas en tu mente,
te darás cuenta que no es así.
Cuando somos pequeños nuestra mente está virgen. Cada día va aprendiendo patrones
que se fijan por sí solos cuando vemos como nos tratan los demás y
también por nuestras elecciones.
Pensamientos actuales se forjaron en nuestra mente hace
mucho, lo que ocurre es que no
sabemos cuando y además pensamos que no podemos cambiarlos.
Cuando llega la vejez hay muchas cosas no se quieren
cambiar.
Dentro
de cada uno de nosotros existe un poder y una inteligencia muy fuerte. A medida
que aprendamos a controlar la mente, eligiendo conscientemente los
pensamientos, iremos ganando más poder. Aunque parezca lo contrario la mente no nos controla,
nosotros controlamos la mente.
Cuando
queremos cambiar pensamientos que llevan anclados muchos años, tu mente se
rebelará, se siente cómoda ahí, no querrá someterse a un nuevo
entrenamiento.
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