Un día nos llegará la muerte. No
sabemos cuándo o cómo, pero es lo único seguro. Hay que pensar en pasar negocios a
los hijos. Usted no podrá
dirigir sus negocios desde el más allá. Por tal motivo, lo mejor es que
se los deje a sus hijos. Además, una alternativa común sería que sus hijos
recibieran el negocio después de su muerte, lo que puede significar que tengan que vender el negocio
sólo para pagar los impuestos.
Decidir
qué le tocará a cada quien, y quién estará calificado para dirigir el negocio
es harina de otro costal. El
punto en discusión es simplemente la importancia de hacer el traspaso ahora y
no después. Una razón para empezar temprano es que a los hijos les
tomará algún tiempo prepararse. “Dos tercios de los negocios familiares no
continúan en la siguiente generación debido a la poca planificación”. Si quiere pasarles su negocio a
sus hijos, “fórmelos y
edúquelos”.
Otra
razón para traspasar sus negocios temprano es que probablemente usted querrá
que este crezca y crezca,
¿cierto? Esto quiere decir que valdrá más en el futuro de lo que vale hoy. Si les damos acciones a nuestros
hijos ahora, cuando cuestan poco, estaremos protegiendo todo el
crecimiento futuro de las cargas tributarias.
En
todo caso, la mejor forma de traspasarles el negocio a los hijos es mediante algún tipo de fideicomiso.
Estos vienen en diferentes sabores y con diversas ventajas y desventajas, pero
en general todos comparten una ventaja: le dan la posibilidad de determinar a qué edad recibirá
su hijo el dinero. Otra ventaja es la protección en contra de demandas legales: un
fideicomiso protege sus bienes y los de sus hijos de cualquier demanda, incluyendo un divorcio.
NOTA: ES MEJOR ENSEÑARLES A PESCAR DESDE AHORA
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