Toda
tu vida depende de tu actitud animosa o desesperanzada, segura o confiada,
agradecida o quejumbrosa, positiva o negativa.
Tu actitud, por su parte, no debe depender de las circunstancias,
sino de tus buenas o malas decisiones.
Tus
decisiones a su vez ojalá dependan de un sistema de creencias ciertas y
valiosas y no de creencias falsas y sin peso.
Para estar bien necesitas examinar ese sistema de creencias
sembradas en tu inconsciente desde niño.
Son ellas las que determinan todo, qué eliges o qué desechas,
qué admiras o qué juzgas, a quién amas y a quién odias.
Necesitas
coraje para dejar de lado creencias que te frenan sean
culturales, sociales o religiosas.
Ojalá te ames y seas atrevido para cuestionar tantas mentiras que
has asumido como verdades.
¿Quieres
tomar conciencia? ¿O prefieres tragar entero a pesar de no
ser feliz y tener tu vida tan enredada como un saco de anzuelos?
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