No te das la importancia que mereces,
y vas dejando que la vida pase,
y para ti no hay tiempo casi nunca,
y nunca te regalas un detalle.
Y corres, por la prisa de
los otros,
y llegas a tu vida siempre
tarde,
y va pasando el tiempo, y va pasando,
y vas envejeciendo en el paisaje.
Y no se te pregunta por tu risa,
que se fue diluyendo con la tarde.
Y siempre los demás, y para cuándo
una cita contigo en cualquier parte.
Te necesitas más de lo que piensas
y nunca te detienes a escucharte,
y tienes tantas cosas que decirte,
pero no te pareces importante.
Y siempre tú después, y
siempre luego,
y siempre, para ti, más
adelante.
Y siempre tú detrás, y siempre nunca,
y el tiempo, que se va sin
esperarte.
Queda contigo en un lugar
hermoso,
lleva una flor para
identificarte,
y cuéntate la historia de tu vida,
ya verás como vas a enamorarte.
Porque no hay como tú nadie en el mundo,
porque en el mundo, como tú, no hay nadie.
Y siempre los demás, y
siempre luego,
y vas envejeciendo en el
paisaje.
Y nunca tus asuntos lo
primero,
y déjalo pasar que no hace
falta,
y acaso el mes que viene,
si se puede.
Y el tiempo, que te agacha la mirada.
Y tú, cuando los años lo permitan,
y tú, cuando esta crisis un día pase,
y tú cuando se pueda en otra vida,
y tú nunca jamás de los jamases.
Y el tic tac del reloj en
tu muñeca,
y vas envejeciendo en el paisaje.
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