Cuando uno lee a los ateos y creyentes, encuentra que los unos se enfrascan en el tema ¿de Dónde venimos? Y los segundos ¿hacia dónde vamos a llegar (vida eterna, cielo, nirvana, etc.)?
La absurda idiotez humana, todos pensando en las promesas del futuro y amargados por las decisiones del pasado . Unos procurando cómo conseguir dinero y el resto mirando a ver cómo quitárselo a los demás .
Tomando el veneno diario del miedo al mañana, al deterioro, la vejez, la enfermedad y la muerte. Nadie construye presente, viven hoy, trabajan hoy para conseguir cómo usar mañana , al igual que se lleva la lonchera para el trabajo, adelantamos el almuerzo, porque nos da miedo salir a buscarlo en el momento del hambre.
Ahorramos todo un año para irnos a disfrutar una playa con la familia, sabiendo que estamos con ella todos los días .
Celebramos un cumpleaños cada año, cuando los términos se vencen diariamente , hoy comienza un año que termina dentro de 365 días.
Los filósofos han hecho trizas el pensamiento, parece que nunca se enfrentaron al pago de una cuota de una deuda, al escalamiento de los procesos académicos, al asegurar la comida y la salud… nos dan consejo de vida como cuando un empresario te dice “ trabajo” ...pero no hay trabajo .
El pienso luego existo, es al revés existo porque pienso, trabajo porque hay trabajo, me alimento porque hay comida.
Todo
el mundo busca la felicidad con lo que tiene al alcance. La felicidad es
una construcción cerebral, no la venden en las promociones de los almacenes, ni
en un estadio, tampoco en los bancos y menos en los restaurantes.
Yo
veo cada rato personas con mucho dinero en mi consultorio, el último me
impresionó, un empresario de 83 años que me dijo — me maté toda la vida para ser millonario,
ahora ando en un Maserati, ( un carro deportivo que vale más de 500 millones de
pesos colombiano), que maneja mi chofer…He ahí el problema...”que maneja mi chofer”. Y
me pregunto ¿quién de los
dos tiene el verdadero disfrute? Pues clarísimo: el chofer.
Construimos
futuro para los demás, conseguimos dinero para los otros, sólo algunos inteligentes gastan lo
que consiguen, con moderación y con inteligencia.
Pagamos
“seguros de vida” que yo llamo “seguros de muerte” porque no te están
dando vida, cuando mueres le
dan vida a los que están vivos. Otros conseguimos para la vejez, para pagar el
asilo, la silla de rueda, la póliza de salud, yendo a Lourdes como
pacientes buscando un
milagro en vez de viajar jóvenes con una mochila al hombro como turistas y no
con una silla de ruedas con tanque de oxígeno para esperar el alivio que
no va a llegar.
La
felicidad es una construcción cerebral, como lo dije, gozar con un gol, con un café,
con una compañía, mirar hacia arriba sin miedo de que llueva, caminar sin el
afán de llegar temprano a ninguna parte, acariciar la mascota, cargar y no
cansarnos de abrazar ni de reír.
Leer
las cosas agradables que descubren los otros, enamorarse de la naturaleza sin pensar en un
futuro pero viviendo el presente.
Construyamos
felicidad sin que no la quiten los políticos perversos, que solo piensan
en sus futuros cuatro años, en los presupuestos que se tienen que robar, que nos roban la felicidad sin
darnos nada a cambio.
Pelear
con los negativos y fatalistas que viven su propio infierno y que nos
necesitan para echarle fuego.
Hoy
y solo por hoy piensa en el hoy, que mañana y solamente mañana
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