Escribir es terapéutico pues es una manera de desahogarse y no reprimir todos los conflictos al punto de sentirse enfermo.
El solo hecho de expresar lo que sentimos y compartirlo con nuestros seres queridos, amigos y familiares nos alivia pues nos ayuda a sentirnos apoyados y comprendidos.
Llorar es otra manera de desahogarnos pues por medio de
las lágrimas fluyen nuestras frustraciones por los problemas que pueden afectar
nuestra vida a nivel familiar, laboral y social.
Lo
que muchas personas no saben es que escribir es también una terapia muy
saludable y ayuda a liberar mucha energía negativa que se pudo haber acumulado
a través del tiempo.
Expresa
tus sentimientos, traumas y frustraciones
Tomar un papel y un lápiz y escribir nuestros pensamientos, expresar nuestros
sentimientos y narrar nuestras experiencias ayuda a aliviar los
problemas que psicológicamente nos afecta queramos o no.
El
escribir nos ayuda a poner nuestros pensamientos en orden y a aclarar nuestra
mente para ver de una forma más clara las decisiones que debemos tomar y
lo que debemos hacer en las diferentes situaciones de la vida.
El
escribir nos ayuda a superar traumas y a sobrellevar mejor las pérdidas
de seres queridos, materiales, sentimentales tales como relaciones rotas y
otros sinsabores de la vida.
Al
escribir nuestros pensamientos estamos liberando nuestras tensiones.
En cierta manera nos desbloqueamos emocionalmente además
que podemos despertar nuestro inconsciente y eliminar miedos y temores que
antes nos limitaban y nos instaban a seguir sufriendo.
Saca
de adentro todo lo que te molesta
No
necesitamos conocer ninguna regla literaria o gramatical para empezar a
escribir lo que sentimos y desahogarnos por medio de lo que dejamos impreso en
el papel.
Lo
único que necesitamos es tener la valentía de escribir aunque al hacerlo
nos duela y sintamos deseos de llorar.
Ahí es exactamente donde la terapia toma lugar.
Estamos sacando desde lo más profundo algo que nos estaba
molestando y como una
infección masiva estaba minando nuestra mente, cuerpo y espíritu.
Desde
tiempos prehistóricos el hombre ha sentido la necesidad de escribir.
Debido a esta necesidad pintaba jeroglíficos y símbolos
en las paredes de las cavernas y así de ese modo expresaba sus ideas y
pensamientos sobre donde vivía, cual era su trabajo y sus actividades diarias.
Escribir
nuestros pensamientos es mucho más lento que pensar y que hablar.
Cuando uno escribe puede borrar si se equivoca, puede
agregar un pensamiento o editar lo que ya se escribió.
El
escribir calma la ansiedad que sentimos cuando tenemos un problema, se
ha comprobado que el
escribir, controla la presión arterial y fortalece el sistema inmunológico.
Escribir
nos permite meditar con mayor calma sobre los problemas y sobre todo
recapacitar en nuestras decisiones antes de llevarlas a cabo.
En un estudio que se realizó en Estados Unidos por la
Asociación Médica Americana en 1999, se estudio el efecto de escribir en varios
enfermos que eran aquejados por diferentes tipos de enfermedades.
Se
descubrió que los pacientes asmáticos mejoraron sus niveles de respiración en
un 19% al escribir sobre sus problemas, conflictos y traumas.
Los
pacientes que padecían artritis reumatoide experimentaron un alivio en sus
dolores y síntomas en una proporción de casi un 30%.
Quizás muchas de las personas que se encuentran afectadas
por enfermedades emocionales, deberían escribir sus biografías y meditar en ellas para poder sanar de
sus traumas, conflictos y problemas que los tienen enfermos.
Los expertos proponen que la persona que está dispuesta a
escribir sobre sus problemas escriba inicialmente el mayor de sus traumas que
ha vivido como una iniciación a un desahogo total.
Por medio de la escritura terapéutica se amplia la
actividad neuronal de nuestro cerebro y se regulan los procesos mentales además
aumenta la creatividad.
Los
sentimientos reprimidos, producen síntomas y enfermedades graves en nuestro
organismo pero al escribir sobre estos sentimientos nuestras
palabras se convierten en un respiradero
para nuestro espíritu y mente y los efectos de los sentimientos reprimidos
desaparecen.
Imagina
y escribe tu historia con un final feliz: Escribir nuestra historia con
un final feliz es también terapéutico pues estamos afirmando que nuestros
problemas y traumas han desaparecido para siempre.
El que escribe su vida fantaseando un final feliz a su
sufrimiento se conecta con su sanidad del cuerpo y mente por medio de esas
afirmaciones que todo va a estar bien.
Cuando te sientes a escribir, relata todo lo que te preocupa, malos sueños, conflictos que perturben tu vida, recuerdos reprimidos y memorias bloqueadas así como problemas en el matrimonio, con la pareja, con los hijos o con los padres.
Cartas que nunca fueron enviadas: Escribe una carta a esa persona que aunque ya no esté en este mundo te hizo daño y ahora estás listo para perdonar.
Escribe también una carta a alguien con quien debas reconciliarte y no te es posible hacerlo personalmente.
No envíe las cartas, entregaselas al Universo y éste se encargará de hacerlas llegar a un nivel cósmico a las personas indicadas que no están a su alcance en este momento.
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