El
aumento de peso es una de sus causas principales. Se pueden evitar si se
intervienen temprano.
Los cambios
súbitos de peso, los embarazos, los problemas hormonales, el rápido desarrollo
muscular y hasta la genética causan estrías en la piel.
A
juicio de los especialistas, las estrías no tienen una sola causa y tampoco son
exclusivas de las mujeres; son una condición inherente a la piel, que la
mayoría de la gente no sabe evitar.
Las
estrías no son otra cosa que el rompimiento y la retracción de las fibras
elásticas, que están localizadas en la dermis, una capa de la piel rica en
colágeno.
La piel es muy elástica; gracias a esta cualidad, puede
estirarse cuando aumenta el volumen corporal y acomodarse a él aun cuando el
incremento ocurra en un corto periodo de tiempo.
No obstante, esta también tiene un límite: cuando sus capas
medias e internas se estiran, las fibras de colágeno y elastina se rompen, lo
que da lugar a las estrías.
El especialista también explica que, en un principio, se
presentan como lesiones lineales de color rosado o violáceo. "Con el tiempo -dice-,
adquieren un color blanco nacarado". Esto sucede porque ya no hay riego
sanguíneo.
El mejor momento para diagnosticarlas y tratarlas es cuando
recién aparecen; si se hace de manera adecuada, en algunos casos se puede
frenar su evolución.
Cuando las estrías ya han adquirido un tono marfil, el
manejo se orienta a tratar de que sean menos visibles.
Los principales desencadenantes de las estrías son factores
hormonales propios de la pubertad y de la gestación en las embarazadas, aunque
también se deben a cambios bruscos en el peso, obesidad, aumento en la masa
muscular (que se puede dar por exceso de ejercicios con pesas, entre otras
cosas) y uso de anabólicos, entre otros.
El papel de las hormonas en la aparición de estas marcas
está más orientado, de acuerdo con los expertos, a que puedan afectar la
capacidad de la piel para hacerle frente al repentino y prolongado
estiramiento.
Suelen localizarse, fundamentalmente, en el abdomen, las
caderas y los glúteos, aunque también aparecen en algunas zonas de las piernas
y los brazos, en la espalda y en los senos.
Aunque las mujeres tienen una mayor predisposición a las
estrías, pueden poner de su parte para ayudar a evitarlas:
Dieta
balanceada
Evite
el exceso de grasas, fritos y comidas rápidas.
Si come sanamente y no sube de peso de manera brusca y
rápida, para luego bajar esos kilos, tendrá menos posibilidades de presentar
rompimientos en las fibras elásticas.
Si las
estrías son blancas, significa que aparecieron desde hace tiempo; el
tratamiento ayuda a mejorar su aspecto, pero no las elimina.
En cambio, cuando son rojas o púrpuras, quiere decir que se
están iniciando y un manejo adecuado puede dar buenos resultados.
Si ya
están y quiere esconderlas:
No se
eliminan del todo, pero pueden ser casi imperceptibles
Las estrías, como cualquier otra cicatriz, no se eliminan
totalmente del cuerpo.
La
buena noticia es que existen tratamientos que las vuelven casi imperceptibles.
Para prevenir la formación de estrías durante el embarazo,
los procedimientos deben estar orientados a mantener y aumentar la elasticidad
de la piel. Se pueden usar productos compuestos por hidrolizados de elastina,
extractos de placenta, líquido amniótico, algas y cremas con vitaminas A y E en
altas concentraciones.
Muchas cremas pretenden solucionar el problema, pero solo
unas pocas logran una mejoría.
Los alimentos
ricos en vitaminas A, C, D y zinc también se recomiendan para ayudar a prevenir
su aparición.
Se
aconseja tomar mucha agua.
Dentro
de los tratamientos más recientes están el plasma rico en plaquetas (se obtiene
a partir de una muestra de sangre de la persona), la mesoterapia y los
'peelings' físicos y químicos.
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