Cuando se es joven la prioridad del dinero se centra en
salir de rumba, comprar carros y gastar en viajes, entre otras inversiones que
no están mal, pero que deben ser acompañadas del ahorro si se quiere tener un
futuro próspero.
Comience a pensar en el ahorro como un aliado ideal para
hacer realidad los sueños.
1.
Empiece a ahorrar cuanto antes
La
edad no puede ser excusa para no ahorrar. Si bien es cierto que cuando
se es joven no se recibe mucho dinero, lo importante es hacerlo con lo poco que
se tenga, que puede venir de regalos de cumpleaños o graduación, pequeños
trabajos o por la mesada, lo importante es destinar un porción de esos montos
para guardarlos.
2. Necesidades y deseos
Todas
las personas tienen gustos y cosas que se desean, pero es importante tener en
cuenta cuáles son las verdaderas prioridades que se tienen. Según los
expertos, hay que aprender a distinguirlas para evitar que los gastos
superfluos generen problemas y afecten el cumplimiento de las metas que se
tienen.
3.
Metas de ahorro
Para
poder cumplir los deseos es importante averiguar qué cantidad de dinero se
requiere. Una vez se haya hecho esto, es importante fijar una fecha para
llegar al propósito ayuda a volverse estricto con el control del dinero.
4.
Divida el ahorro
Saber
dividir sus ingresos en lo que va para el ahorro, gastos y demás egresos no es
lo único importante. Determinar que tiene prelación es clave para no
truncar los sueños que se tienen, por eso es importante diferenciar cuáles son
las prioridades y destinar la mayor parte del ahorro para cumplir las próximas
y el resto para las de largo plazo.
5.
Dar el salto al banco
La
primera herramienta que tienen los niños y jóvenes para ahorrar es la
tradicional alcancía. Sin embargo, en un mundo cada vez más permeado por
los aparatos financieros, resulta necesario dar el salto hacia una cuenta de
ahorro. Es importante que los ahorros estén seguros y además obtengan
rendimientos por pequeños que sean. El ahorro debe iniciar desde la niñez y es
importante que desde ese momento esté acompañado por el sistema financiero.
Ahora bien, no solo es importante enseñar a manejar cuentas, o conceptos sobre
los intereses, lo ideal es generar un componente social, donde se le permita al niño
comprender los beneficios de esto.
5.
Uso del crédito
Si
bien es cierto que los niños no pueden solicitar créditos, es importante
enseñarles para qué sirven y cómo se utilizan. La experiencia ha
mostrado que la mayoría de las personas que piden un crédito, por lo general
tienen problemas para responder por el compromiso adquirido con las entidades
financieras. El tema de los créditos debe ser abordado porque todos los jóvenes
crecen y acuden a un préstamo por lo menos en una oportunidad. Si ellos no
entienden cómo funciona y qué se debe pagar, no lo hacen y eso los termina
afectado para toda al vida.
6.
Educación financiera
El
buen manejo del dinero y de los recursos que se tienen es una habilidad que
dura para toda la vida. Por eso los expertos hacen hincapié en este
aspecto. La idea es que
las personas conozcan las diferentes opciones de formación que ofrecen las
instituciones financieras. Es necesario vincular a la población adulta y
a los jóvenes para que conozcan el sistema financiero, su beneficio, cómo se
saca un crédito, cómo se hace un giro y cómo se pueden programar negocios.
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