Pierda
el miedo a hacerse viejo
Después
de “la dureza de Amor”, ganadora del Óscar por mejor película extranjera, el
cine hablado en francés nos regala otra visión sobre una de las etapas más
duras de la vida: la vejez.
En ¿Y si vivimos todos juntos?, cinco personas mayores de
70 años (incluidas dos parejas), amigas durante más de cuatro décadas, deciden
irse a vivir bajo el mismo techo.
La cinta, no exenta de dramas como el cáncer y el
alzhéimer, ha llamado la atención de los gerontólogos y de otros especialistas.
El sistema cooperativo que se ve en la cinta: unas personas que tienen
limitaciones y deciden ayudarse entre ellas, pues la familia tiende a
desentenderse con el paso de los años.
Las
ideas sobre cómo enfrentar la vejez interesan cada vez más. Sobre todo, porque
uno de los sentimientos más arraigados en relación con esta parte de la vida es
el miedo.
Un estudio en México reveló que el 94 por ciento de la
gente en ese país enfrenta un severo rechazo al envejecimiento. Y en Inglaterra
se encontró que tres de cada cuatro personas le tienen miedo a llegar a viejos
y que cinco de cada diez temen ser trasladadas a un geriátrico, mientras que
dos de cada diez manifiestan miedo a la muerte.
Es
probable que las personas que temen a la vejez hayan visto imágenes de viejos
en condiciones deplorables, pues nuestra cultura ensalza lo joven y denigra de
lo viejo. Uno de los preconceptos que más asustan es el de la decrepitud. “Al
ser humano le duele perder la omnipotencia que cree tener. Con el tiempo, el
organismo no funciona igual, y eso es un golpe. Esta situación es
particularmente dura para las mujeres, porque mientras un hombre viejo puede
ser catalogado como maduro e interesante, ellas tienden a ser representadas
como personas que deben quedarse en casa y cuidar a sus nietos.
Todo esto hace necesario un trabajo de aceptación. En ese
sentido, transmitir los conocimientos que se han adquirido a lo largo de la
vida puede ayudar. Labores como la docencia o las asesorías permiten que los
mayores no queden excluidos de los procesos productivos.
Cada
vez hay más posibilidades de llegar a la vejez con un mayor conocimiento y en
condiciones relativamente mejores.
Otro prejuicio es el de la soledad. Por eso, ideas nuevas
sobre cómo socializar en esta edad, como la que plantea ¿Y si vivimos todos
juntos?, dan tanto que pensar.
Los viejos debemos dar testimonio de que la vejez no es
un desastre y de que no somos dependientes, sino que hacemos parte de la
sociedad.
Es posible llegar a una edad avanzada en perfectas
condiciones. “Ahora, el viejo joven está entre los 65 y los 79 años y el viejo
viejo supera los 80”
Si bien la genética juega un rol importante, “la ciencia
ha demostrado que más del 70 por ciento de un envejecimiento saludable es
consecuencia del ambiente y de buenos estilos de vida.
Después de los 40 es recomendable:
Hacer ejercicio en forma permanente, y no solo aeróbico.
Hay que seguir una rutina de pesas y fortalecimiento, por lo menos 5 días a la semana.
Dormir
bien repara; el mal sueño es amigo de la mala vejez. Cualquier trastorno debe
ser tratado.
Alimentación balanceada, acorde con sus necesidades. Hay
que evitar los excesos y reducir la ingesta de grasas animales.
Leer,
ejercitar la memoria y no vegetar ante la TV. Las personas con más educación y
con idiomas sufren un deterioro mental menor.
Actitud positiva y cultivar una red de relaciones
sociales gratas.
No olvide apoyarse en la
oración, que tranquiliza, reconforta y es el camino para llegar a Dios.
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