La paciencia es una virtud dorada, la paciencia es poder y te saca de
los más grandes apuros.
En parte se identifica con la perseverancia
pero tiene mucho que ver
con el amor compasivo y bondadoso.
Cuando eres paciente te aceptas, aceptas a los
otros y, en lugar de ser perfeccionista, eres tolerante.
Ante todo debes ser paciente contigo mismo,
quererte, cuidarte y pulirte sin castigarte.
Eres bueno con los demás si eres bueno contigo mismo
y solo los entiendes si a ti mismo no te condenas.
Ser paciente es aguardar con calma la cosecha como hace el labriego, es
tener paz en el alma.
Si Dios es tu compañero de camino, no te
rindes y sabes esperar la
primavera en medio del crudo invierno.
La paciencia es poder y la impaciencia es
debilidad, la paciencia es
amor y la impaciencia es tu enemiga.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios