“Por desgracia, en todas las épocas de la historia
existen “Herodes” que traman planes de muerte, destruyen y desfiguran el rostro
del hombre y de la mujer. Quisiera pedir, por favor, a todos los que ocupan
puestos de responsabilidad en el ámbito económico, político o social, a todos
los hombres y mujeres de buena voluntad: seamos «custodios» de la creación, del
designio de Dios inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medio
ambiente; no dejemos que los signos de destrucción y de muerte acompañen el
camino de este mundo nuestro. Pero, para “custodiar”, también tenemos que
cuidar de nosotros mismos.”
“Por medio de la justicia, la verdad se cierne sobre las
ruinas de las opiniones que antiguamente gobernaban el mundo. ”
“Queremos
AMAR COMO TÚ, que das la vida y te comunicas con todo lo que eres.
Quisiéramos decir como San Pablo: «Mi vida es Cristo» (Flp. 1,21). Nuestra vida
no tiene sentido sin ti”.
“Recordemos
que el odio, la envidia, la soberbia ensucian la vida. Custodiar quiere
decir entonces vigilar sobre nuestros sentimientos, nuestro corazón, porque ahí
es de donde salen las intenciones buenas y malas: las que construyen y las que
destruyen. No debemos tener miedo de la bondad, más aún, ni siquiera de la
ternura.”
“Reza
como si todo dependiera de Dios. Trabaja como si todo dependiera de ti.”
“Reza,
espera y no te preocupes. La preocupación es inútil. Dios es misericordioso y
escuchará tu oración…”
“Salud,
sabiduría, santidad (son las tras « S» en las que insistía Don Bosco)”
“Salvar
las almas orando siempre.”
“Señor, toma este corazón de piedra, y dame un corazón de
hombre; un corazón que te ame, un corazón que se alegre en ti, que te imite y
que te complazca.”
“Si
queremos seguir a Jesús de cerca, no podemos buscar una vida cómoda y
tranquila. Será una vida comprometida, pero llena de alegría.”
“Si tuviéramos fe y viéramos un alma en pecado mortal,
moriríamos de temor. El alma en estado de gracia es como una blanca paloma. En
estado de pecado mortal sólo es un cadáver maloliente, una carroña.”
“Solamente la libertad que se somete a la Verdad conduce
a la persona humana a su verdadero bien. El bien de la persona consiste en
estar en la Verdad y en realizar la Verdad”. (Enc. Esplendor de la Verdad)
“Solo
quiero ser un fraile que reza…”
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