Logras que el amor a los
demás perdure con buena autoestima, una vida espiritual intensa y sin el virus
de la posesividad.
Corta cualquier relación de apegos porque es sufriente, busca ayuda y no dependas de otros para ser feliz.
En la sociedad de lo desechable tu reto es tener amores y amistades perdurables para poder resolver los acertijos de la vida.
Es algo que logras si te amas mucho y, entonces, evades la grave falla de poner tu felicidad fuera de ti.
No la apoyes en los que te aman, ni en tus posesiones, ni en un cargo, ni en tu belleza porque todo es pasajero.
Nada es permanente y esta es una verdad que los budistas se repiten sin cesar para no aferrarse a nada ni nadie.
La vida nos demuestra que apegarse es un camino seguro para sufrir cuando pierdes o se va lo que amas con posesividad.
Todo es prestado.
Eso casi todo el mundo lo sabe,
pero ¿de qué sirve saberlo
si creas dependencias y te apegas?
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