Científicos
de la Johns Hopkins University han detectado cambios cerebrales biológicos y
anatómicos relacionados con la enfermedad.
El hecho de que más de 35 millones de personas en todo el
mundo vivan actualmente con la enfermedad de Alzheimer ha llevado a algunos
expertos a referirse a esta condición como una "epidemia mundial".
Según las estimaciones, la prevalencia del alzhéimer se duplicará casi cada dos
décadas.
La
detección temprana de la enfermedad hace que sea más fácil planificar la
atención adecuada y comenzar las intervenciones terapéuticas lo antes posible,
lo que puede aliviar los síntomas.
Los investigadores están convencidos de que el alzhéimer comienza muchos
años antes del inicio de los síntomas. De hecho, investigaciones
emergentes han sugerido que algunos mecanismos cerebrales relacionados con el
alzhéimer comienzan al
menos 10 años antes del diagnóstico.
Sin
embargo, aún no está definido exactamente en qué momento se producen estos
cambios. En un nuevo estudio, los investigadores se propusieron detectar
"puntos de cambio" más precisos en la evolución de los biomarcadores
del alzhéimer, identificando
cambios en la neuroquímica y anatomía del cerebro que ocurren décadas antes de
que los individuos experimenten cualquier síntoma de la enfermedad de
Alzheimer.
Puntos de cambio
Para saber cuándo ocurren los cambios bioquímicos y
anatómicos, los expertos revisaron los registros médicos de 290 personas con al
menos 40 años de edad.
Los científicos accedieron a los datos del proyecto
BIOCARD, que tiene como objetivo descubrir predictores de deterioro cognitivo.
La mayoría de los participantes del estudio tenían al menos un pariente de
primer grado con alzhéimer, lo que aumentó considerablemente el riesgo de
desarrollar esta afección.
Los investigadores tuvieron acceso a las muestras de
líquido cefalorraquídeo y escáneres cerebrales de resonancia magnética de los
participantes, que habían recopilado cada 2 años entre 1995 y 2013 como parte
del estudio BIOCARD.
Durante el mismo período, los científicos de BIOCARD
realizaron cinco pruebas estándar cada año, examinando la memoria, el
aprendizaje, la lectura y la atención de los participantes.
Al comienzo del nuevo estudio, el equipo consideró que
todos los participantes eran "cognitivamente normales", pero al final del período de
estudio, 81 participantes habían desarrollado la enfermedad de Alzheimer.
La
clave: los niveles de tau
En los participantes que desarrollaron la enfermedad de
Alzheimer, los
investigadores encontraron signos de deterioro cognitivo entre 11 y 15 años
antes de la aparición de cualquier síntoma. Estos signos sutiles fueron
visibles a partir de pequeños cambios en los puntajes de las pruebas
cognitivas, pero los
participantes no mostraron ningún síntoma en ese momento. También encontraron niveles elevados de
la proteína Tau, un biomarcador de la enfermedad de Alzheimer, en estos
participantes. De hecho, detectaron niveles más altos de esta proteína hasta 34 años antes de la
aparición de los primeros síntomas.
Además, los niveles de una versión modificada de la
proteína tau llamada "p-tau" aumentaron 13 años antes de que aparecieran los síntomas
visibles de deterioro cognitivo.
Finalmente, el equipo también utilizó algoritmos informáticos para rastrear los
cambios cerebrales en los participantes a lo largo del tiempo. Los
científicos asignaron números a diferentes partes del cerebro y encontraron que
la velocidad a la que cambiaba el lóbulo temporal medial era ligeramente
diferente en los participantes con alzhéimer.
El lóbulo temporal medial tiene una asociación con la
memoria, y los científicos
notaron los cambios en esta región del cerebro de 3 a 9 años antes de
que los participantes se volvieran sintomáticos.
Michael I. Miller, coautor del trabajo, comenta: "Se pueden observar varias
medidas bioquímicas y anatómicas que cambian hasta una década o más antes del
inicio de los síntomas clínicos. El objetivo es encontrar la combinación correcta de marcadores
que indiquen un mayor riesgo de deterioro cognitivo y usar esa herramienta para
guiar las intervenciones futuras para ayudar a evitarlo".
Los expertos advierten que los cambios en el cerebro varían considerablemente de
persona a persona y que la muestra del estudio era pequeña. Sin embargo,
los resultados pueden conducir a mejores pruebas de diagnóstico, que podrían, a
su vez, ofrecer mejores opciones de tratamiento.
"Nuestro
estudio sugiere que es posible usar imágenes del cerebro y análisis del líquido
cefalorraquídeo para evaluar el riesgo de enfermedad de Alzheimer al
menos 10 años o más antes de que ocurran los síntomas más comunes, como un
deterioro cognitivo leve", concluye Laurent Younes.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios