Vale la
pena meditar este pensamiento de Goethe: "Nadie es más esclavo que el que se tiene por libre
sin serlo".
Los
seres humanos aprecian mucho la libertad, pero si uno no disfruta de libertad interior,
¿qué otra libertad espera gozar?
Eres
libre de verdad cuando los miedos no te frenan, el amor te guía y hay paz en tu
alma. Eres libre cuando
Dios es tu Amigo, andas sin apegos, no manipulas y no te dejas manipular.
Pero
hay algo más: la libertad es una planta que solo crece en el jardín de la
responsabilidad.
En efecto, uno no es libre cuando hace
lo que se le viene en gana, sino cuando tiene el control de su vida.
Si
haces siempre lo que quieres, por ejemplo manejar ebrio, un día haces lo que no
quieres: terminar preso,
muerto o amputado. La autentica libertad es una conquista exigente y
también un don que Dios da a los que lo aman y lo siguen.
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