SANTA BRÍGIDA
"Has
de saber, hija mía, que mis caudales y tesoros están cercados de espinas, basta
determinarse a soportar las primeras punzadas, para que todo se trueque en
dulzuras."
SAN BUENAVENTURA
"Hay en la Santa Misa tantos misterios como gotas de
agua en el mar, como átomos de polvo en el aire y como ángeles en el cielo; no
sé si jamás ha salido de la mano del Altísimo misterio más profundo."
SANTA CATALINA DE SIENA
"La
verdadera perfección consiste en esto: hacer siempre la santísima voluntad de
Dios."
"El mérito consiste sólo en la virtud de la caridad,
sazonado con la luz de la verdadera discreción".
SAN CIRILO DE JERUSALÉN
"Así como dos pedazos de cera derretidos juntos no
hacen más que uno, de igual modo el que comulga, de tal suerte está unido con
Cristo, que él vive en Cristo y Cristo en él."
SANTA CLARA
"¡Oh
pobreza bienaventurada que da riquezas eternas a quienes la aman y
abrazan!"
"¡Oh pobreza santa, por la cual, a quienes la poseen
y desean, Dios les promete el Reino de los Cielos y la vida
bienaventurada!"
"¡Oh
piadosa pobreza a la que se digno abrazar con predilección el Señor Jesucristo,
el que gobernaba y gobierna cielo y tierra y, lo que es más, lo dijo y todo fue
hecho!"
"En
la medida en que se ama algo temporal, se pierde el fruto de la caridad."
"Ten cautela, hermana mía muy amada, en no dejarte
abatir por la adversidad ni envanecer por la prosperidad."
"Él
derramará sobre ti sus bendiciones y será tu defensor, tu consolador, tu redentor
y tu recompensa en la eternidad."
"Es propio de la fe hacernos humildes en los sucesos
felices e impasibles en los reveses."
SAN CLAUDIO DE LA COLOMBIERE
"A cualquier precio que sea, es necesario que Dios
esté contento."
"¡Oh Corazones, verdaderamente dignos de poseer
todos los corazones, de reinar sobre todos los corazones de los ángeles y de
los hombres! Vosotros seréis, de aquí en adelante, la regla de mi conducta, y
en todas las ocasiones trataré de inspirarme en vuestros sentimientos. Quiero
que mi corazón no esté, en adelante, sino en el de Jesús y el de María, o que
el de Jesús y María estén en el mío, para que ellos le comuniquen sus
movimientos; y que el mío no se agite ni se mueva, sino conforme a la impresión
que de ellos reciba."
"Los golpes imprevistos no permiten muchas veces que
uno aproveche de ellos, a causa del abatimiento y turbación que levantan en el
alma; mas tened un poquito de paciencia, y veréis como Dios os dispone a
recibir gracias muy grandes precisamente por aquel medio. Sin tales percances
tal vez no habrías sido del todo malos, pero tampoco del todo buenos."
Acto de confianza
Estoy
tan convencido, Dios mío, de que velas sobre todos los que esperan en Ti, y de
que no puede faltar cosa alguna a quien aguarda de Ti todas las cosas, que he
determinado vivir de ahora en adelante sin ningún cuidado, descargando en Ti
todas mis solicitudes. "En paz me duermo y en seguida descanso porque Tú
solo, Señor, me has confirmado en la esperanza" (Salmo 4:10).
Despójenme en buena hora los hombres de los bienes y de
la honra, prívenme de las fuerzas e instrumentos de serviros las enfermedades;
pierda yo mismo vuestra gracia pecando, que no por eso perderé la esperanza,
antes la conservaré hasta el postrer suspiro de mi vida, y vanos serán los
esfuerzos de todos los demonios del infierno por arrancármela.
Que
otros esperen la dicha de sus riquezas o de sus talentos: que descansen otros
en la inocencia de su vida, o en la aspereza de su penitencia, o en la
multitud de sus buenas obras, o en el fervor de sus oraciones; en cuanto a mi
toda mi confianza se funda en mi misma confianza: Porque Tú solo Señor, me has
confirmado en la esperanza'.
Confianza semejante jamás salió fallida a nadie: `Nadie
esperó en el Señor y quedó confundido' (Sir. 2:11). Así que, seguro estoy de
ser eternamente bienaventurado, porque espero firmemente serlo, y porque Tú,
Dios mío, de quien lo espero: `en Ti, Señor, he esperado, no quede avergonzado
jamás" (Sal 30:2; 70:1).
Conocer,
demasiado conozco que por mi soy frágil y mudable; sé cuánto pueden las
tentaciones contra las virtudes más robustas; he visto caer las estrellas del
cielo y las columnas del firmamento; pero nada de eso logra acobardarme.
Mientras yo espere, estoy a salvo de toda desgracia; y de que esperaré siempre
estoy cierto, porque espero también esta esperanza invariable.
En
fin, para mí es seguro que nunca será demasiado lo que espere de Ti, y nunca
tendré menos de lo que hubiere esperado. Por tanto, espero que me sostendrás
firme en los riesgos mas inminentes y me defenderás en medio de los ataques más
furiosos, y harás que mi flaqueza triunfe de los más espantosos enemigos.
Espero
que Tú me amarás a mi siempre, y que te amaré a Ti sin intermisión; y
para llegar de un solo vuelo con la esperanza hasta donde puede llegarse,
espero a Ti mismo de Ti mismo, oh Creador mío, para el tiempo y la eternidad.
Amén
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