Entrevista a una de las maestras mas
importantes del yoga
¿Cómo llegó el yoga a su vida?
El yoga forma parte de mi cultura, he estado
expuesta a él desde que nací, pero mi dedicación comenzó a los 21.
¿Y qué pasó a los 21 años que la hizo tomar
ese camino?
Sí hubo un hecho específico. O mejor, fueron
varias experiencias que viví y me dieron a entender que hay algo más allá de la
mente y del cuerpo. De repente sentí la necesidad de buscar a alguien que me explicara que quería
decir eso que estaba sintiendo. Necesitaba llenar vacíos emocionales y espirituales.
¿Llenar esos vacíos es posible solo con el
yoga?
Sí. Siempre hay una sensación de estar incompleto, de no estar satisfecho con lo que se
tiene, y ese vacío se llena con el yoga. En la vida diaria uno tiene muchos
problemas y eso produce el sentimiento de insatisfacción que nos inunda, esa
sensación de que no tengo cómo hacer todo lo que quiero, todas las tareas que
me asignan. Al hacer yoga uno se da cuenta de que es su propio centro. Eso
alivia la sensación de sentirse incompleto.
¿Qué significa ese punto rojo en el entrecejo?
Es uno de los chakras más importantes que
tenemos, uno de los puntos más importantes para meditar. Cuando uno se lo pone
siempre se ejerce una ligera presión sobre ese punto. El problema es que hoy
mucha gente lo usa por razones estéticas, porque se ve bonito, las mujeres lo
utilizan casi como el maquillaje.
¿Y qué otros puntos en el cuerpo ayudan a
lograr una buena meditación?
Hay muchísimos, decenas. Lo primero es
desarrollar una conciencia sobre esos puntos; cuando eso se logra, se despiertan ciertas áreas del
cerebro que estaban dormidas o inutilizadas. Hay un punto en el corazón,
en el ombligo, en la punta de la nariz, el del entrecejo, uno en la parte de
atrás de la cabeza... Todos
producen diferentes efectos en mente y cuerpo. El yoga es una de las más antiguas tradiciones de la humanidad y se
cree que hubo un momento, hace miles de años, en que se practicaba en todo el
mundo, no solo en Oriente. Incluso en Latinoamérica hay evidencias milenarias
de personas que hacían yoga.
¿Puede explicar eso?
Eso fue cuando el mundo geográficamente era
diferente, cuando los océanos no eran como son ahora. Aunque, claro, si usted
pregunta de dónde viene el yoga le dirán que de la India, porque fue allá donde
se preservó este conocimiento. Sin embargo, el yoga es una ciencia universal, que aborda la personalidad universal
del ser humano, no la personalidad adquirida.
¿Cómo así adquirida?
Cuando hablo de lo adquirido me refiero a que
usted nació en Bogotá y por eso tiene cierto color de piel, tal vez alguna
religión, determinadas costumbres. Pero hay algo común a todos los
seres humanos: el amor, la compasión, la rabia, la culpa, los celos, el odio.
Son características, sentimientos universales; no importa en qué lugar nació,
usted tiene que enfrentar esas cualidades y defectos universales y saber vivir
con ellos. Todo el mundo tiene un corazón, un hígado, un sistema
endocrino y el yoga trata con estas cosas que todo el mundo tiene y eso lo hace
una ciencia universal, sin importar su nacionalidad o su género.
¿Cómo explicarle a alguien que nunca ha oído
la palabra, qué significa yoga?
La palabra yoga significa unión. Una unión de diferentes energías que fluyen en el cuerpo. Hay dos tipos
principales de energía: la física y la mental. En
términos modernos se les llama sistema nervioso simpático y sistema nervioso
parasimpático. Pues el objetivo del yoga
es equilibrar el flujo de estas dos energías para que se abra un tercer tipo de
energía. Cuando esto sucede se despiertan en el cerebro partes que estaban
inactivas. Los grandes maestros de yoga están convencidos de que solo usamos una décima parte del cerebro en
todas nuestras tareas diarias, e incluso la ciencia hoy está de acuerdo con
eso.
¿Se imagina todo lo que seríamos capaces de
hacer si tuviéramos todas las partes del cerebro activas, la cantidad de logros
que podríamos alcanzar como humanidad? A eso le llamamos nosotros la raza supramental, cuando el desempeño
se potencializa gracias a la utilización de todo el cerebro.
¿Y para lograr ese propósito el compromiso
debe ser diario?
Eso pasa de todas maneras. Hace parte de la
evolución natural del ser humano. El
yoga solo es una forma de acelerar ese proceso evolutivo, así que incluso
si usted hoy no practica yoga, en miles de años puede volverse más creativo y
productivo y mejor ser humano. El yoga no le pide a usted que
cambie nada, pero implica un compromiso diario. El yoga solo requiere
constancia en la práctica. Dice que no pide cambios.
¿Entonces usted no tuvo que renunciar a nada
ni sacrificar cosas que le gustaran mucho?
Para nada. Usted no tiene que
cambiar nada en su vida. El cambio viene de manera
natural a través de una transformación de la mente. Si usted
practica yoga se va a dar cuenta de que hay
ciertas cosas en su vida completamente innecesarias y que no le aportan nada, y
entonces hará un cambio. Uno las transforma sin que haya imposición de
ninguna naturaleza, es una decisión personal. El yoga produce una
transformación mental y sin darse cuenta usted deja de necesitar muchas cosas
que hacía.
¿Cuál es el verdadero yoga o cómo saber cuál
me conviene?
Mire, cada ser humano tiene un temperamento diferente. Algunos son emocionales, otros intelectuales,
algunos dinámicos o psíquicos. Según eso, se escoge la mejor clase de yoga
para practicar. Pero en el Satyananda yoga creemos que el ser humano es una
combinación de todo eso y por eso nuestro enfoque es integral. El yoga es un
árbol con muchas ramas. Hay personas que hacen solo meditación, otras hacen
prácticas más físicas. Hay quienes lo eligen simplemente para estar en forma y
verse bien. Pero el objetivo siempre es
el mismo: transformar la mente.
La sociedad colombiana es muy
violenta, aquí se reacciona con agresividad a casi cualquier evento. ¿El yoga
podría ayudar a cambiar en algo esta situación?
Pues eso no solo pasa en
Colombia sino en todo el mundo. La gente cada vez se está volviendo más
violenta. Hoy se respira un ambiente agresivo en el ambiente y el yoga
definitivamente puede ayudar a cambiar eso, porque transforma al individuo y
eso, sumando poco a poco, puede cambiar una sociedad.
Una sociedad no es estática, está en constante transformación. El yoga empodera
a la gente, le da al individuo las herramientas para conseguir ese balance,
para corregir ese desequilibrio en su mente. El comportamiento agresivo es un desequilibrio mental y se puede
corregir.
El yoga y la religión no tienen
ninguna relación, en absoluto. El yoga tiene que ver con mejorar la calidad de
la experiencia humana sin importar si cree en un dios o no, tiene que ver con
las experiencias de mi vida cotidiana, la felicidad, la infelicidad. Si usted es cristiana
y hace yoga, eso la hará mejor cristiana
porque una mente serena, tranquila y equilibrada puede encontrar el sentido de oración mucho más fácilmente. Con una mente ansiosa y agitada es
imposible seguir bien una religión. En ese sentido, el yoga puede complementar una religión. Solo eso.
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