Cuando llegue el momento en que camine y mis pasos sean
vacilantes y en mis manos aparezca un temblor que me haga tirar cosas o no
poder tomarlas, por favor ayúdame.
Cuando mi
audición ya no sea buena y
deba esforzarme para entender lo que dices, o cuando deba leer lo que
tus labios pronuncian por que los sonidos ya no me sean perceptibles, por favor trata de entenderme.
Cuando mi visión no sea la misma y mi entendimiento sea
menor, cuando se me dificulte
expresarme con fluidez, te
pido que me tengas paciencia.
Si estoy enfermo en cama, te pido tu apoyo, así como cuando tu estabas pequeño yo estaba junto a ti para que
pronto sanaras.
Llegará el día que ya no pueda alimentarme debido a que mis manos no me respondan o a
que mis reflejos se hallan ido, quizá derrame el alimento en la mesa o en el
suelo... Ese día por favor
no te enojes conmigo! Créeme que trate de hacer lo mejor que pude.
Si en algún
momento me encuentras en la calle, no hagas como que no me has visto ni te avergüences de mi, mejor dame unos minutos de tu tiempo, porque puede que me sienta muy
solo o que no sepa como regresar a casa.
Al verme triste, no me tengas lástima, mejor sé solidario y dame una sonrisa o un saludo. Con ese
simple gesto puedes hacerme feliz y llenarme el alma.
Cuando llegue el día que te cuente tres veces la misma
historia en un breve periodo de tiempo, no me lo reproches ni me digas: "otra vez lo mismo" o
"eso ya me lo contaste", simplemente escúchame y hazme sentir importante y querido.
Y también llegará el día en que de nuevo
vuelva a ser un niño, entonces simplemente dame algo de tu cariño. Dispensa mis berrinches,
disculpa mis enojos.
Puede que me de miedo la muerte, que me ponga muy
sensible y quizá hasta llore de
repente... Entonces
ayúdame a prepararme, ayúdame a prepararnos para el adiós.
Al final del viaje de la vida, lo que todo ser humano
espera es un poco de respeto, de dignidad, de cariño, de tiempo, de amor... Solo un poco de lo que un día yo te di!
Con cariño y respeto para las personas
que se nos adelantaron en el camino y que extrañamos con el alma y para quienes nos dieron todo desde que nacimos y
que en este momento están viviendo su otoño. Yo los honro!
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