Saca
tiempo para asimilar la sabiduría que se esconde en Los Proverbios de la
Biblia.
Es una mina de sapiencia y te regala valiosas enseñanzas
que siempre aprovecharon los santos.
"El
que cultiva el campo tendrá paz y armonía, pero carece de buen tino aquel que
persigue ilusiones", se lee en 12,11.
Y al final de este capítulo se dice: "La vida se halla en el camino
recto; el camino tortuoso conduce a la muerte".
Una
buena costumbre es orar cada día con un salmo y leer despacio algunos
Proverbios.
Es un
buen medio para cultivar el espíritu y poco a poco te identificas
con lo que más te llega.
Salmos como el 103 son hermosos porque nos muestra a Dios como
es: Un Padre amoroso y compasivo.
Un Dios lento a la cólera y rico en clemencia que no nos
trata según merecen nuestras faltas.
Léelo y
aprovéchalo.
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