Para
no airarse y no reaccionar aún conserva validez el consejo clásico de contar
hasta 10 antes de hablar.
Está claro ya que las peleas nacen de la respuesta, no del agravio,
y la persona realmente inteligente no se deja “enganchar”.
Un término de algunos psicólogos para mostrar
que, si te agravian, tu
mejor respuesta es permanecer imperturbable como Jesús o Buda.
Sin tolerar graves maltratos, lo que se
sugiere está en la sabiduría popular con dichos quijotescos como:
“A un bagazo, poco caso”, y uno mas burdo: “a un cagajón, poca atención”. Sabiduría es no vivir del qué dirán.
No
te amilanas ante las críticas, sencillamente las ignoras y sabes que nunca
eres más si te alaban ni menos si te vituperan.
Algo que por allá en el año 150 d.C.
practicaba el sabio emperador Marco Aurelio, discípulo del estóico Epicteto.
Suyo es este aforismo: “Tu
felicidad no depende de la realidad, depende de tus respuestas, de tu juicio
sobre lo que sucede. Suprime
tu opinión y así suprimes el daño”.
Todo
un desafío de transformación interior que pide disciplina e inteligencia
emocional.
“A un bagazo, poco caso”, y uno mas burdo: “a un cagajón, poca atención”. Sabiduría es no vivir del qué dirán.
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