Después
de mucha reflexión o después de un amor intempestivo y apasionado han decidido
que van a juntar caminos y se van a vivir juntos. Pura ilusión y más emoción.
Solo
para que no digan que nadie les advirtió, aquí dejamos una lista de cosas que
suelen pasar cuando se conforma un nido de amor y para las que tal vez nadie
nos prepara.
1-
La clave está en empezar de cero
Una de las cosas más importantes es que puedan armar
espacios y recuerdos nuevos para los dos. Si deciden que se mudarán a la casa
que ya le pertenece a alguno es probable que el proceso de adaptación sea más
complicado pues uno se sentirá invadiendo y el otro (así nunca lo acepte) se
sentirá un poco invadido. Para evitar comentarios del tipo “yo aquí estoy
acostumbrado/a a hacerlo así”, es mejor buscar un espacio neutral.
2-
Las finanzas son de cuidado
Mientras cada quien tiene su casa el dinero en pareja
suele ser una cuestión de ocio y esparcimiento: comidas, viajes, invitaciones…
nada de qué preocuparse. Ahora que viven juntos, las finanzas y el dinero se
pueden llegar a convertir en un tema delicado. ¿Quién paga qué y cómo
repartimos los gastos? Lo único que les podemos decir es que independientemente
de su situación económica o de las posibilidades de cada uno, lo realmente
importante es asegurarse de que ambos estén cómodos y conformes con el acuerdo
al que lleguen.
Por si acaso, conoce estos tips para manejar tus finanzas
y que la vida en pareja o las compras no te arruinen
3-
Dime qué comes y te diré cuánto me afecta
Una simple ida al supermercado puede terminar en pelea o
al menos en disgusto silencioso: “¿Quién diablos considera que 3 paquetes de
salchichas grasosas, chips y salsa cheddar más falsa que la Barbie son todo lo
que se necesita para sobrevivir?” Cuando vemos a nuestra pareja introduciendo
en el carrito cosas que jamás se nos pasarían por la cabeza, podemos seriamente
llegar a replantear el origen de nuestra relación.
3-
El baño pasa de ser tu templo de paz a un campo de batalla
Bueno, esto tal vez si te lo habían dicho, pero nunca
sobra recordártelo. A menos de que tengan la suerte de contar con baños
separados prepárate para que la rutina de acicalamiento diaria sea fuente de
discordia. La afeitada, el maquillaje, el tiempo que cada uno le dedica a su
ducha diaria y una infinidad de pequeños detalles que nunca consideraste
posibles empiezan a emerger como potenciales peleas.
4-
Entenderás el verdadero significado de “durmiendo con el enemigo”
Nada que hacer. Hasta las parejas más sanas tienen
desacuerdos y momentos en que queremos matar al otro. Lastimosamente, los días
de “me voy a mi casa y hablamos en un par de días” ya no existen y toca
resoplar y patalear sabiendo que no hay escapatoria posible. A afrontar los problemas
como adultos que esta noche también dormimos juntos.
5-
Si antes no tenías espacio para tu ropa, ahora ni lo sueñes
Ceder y compartir: las dos palabras que definen la
convivencia también aplican para tu preciado clóset. Lo sentimos mucho, pero así
es.
6- A
veces querrás huir y mandar todo al diablo
Si después de un largo día de trabajo el hogar te recibe
con platos sucios hasta más no poder, una toalla aún mojada encima de la cama y
un hombre que te dice “no hay nada de comer”, lo más probable es que quieras
volver a cerrar la puerta y nunca más volver. Paciencia, de eso también se
trata el convivir.
7-
Dormir sola se vuelve un pequeño lujo
Nada tiene que ver con el amor, el cariño o la delicia de
dormir abrazados, pero a veces dormir sola es será un bien muy preciado y
bastante escaso. Una noche de toda la cama para nosotras y de ningún ronquido,
movimientos ajenos o paradas al baño puede ser una mini versión de las
vacaciones.
8-
Sí. Tú también tienes muchas mañas y manías insoportables
Adiós a creer que somos perfectas y todo lo hacemos bien.
Así como tú no soportarás que él deje su ropa tirada en el baño, él también te
hará notar una cantidad de cosas que para ti eran muy normales pero pueden
sacar a otra persona de quicio. Such is life…
9-
Entenderás de verdad su relación con su familia
Y no siempre te encantará. Puedes descubrir que es más
dependiente de sus padres de lo que creías y te empezarás a involucrar más en
sus problemas familiares lo cual puede resultar muy complicado. Así mismo, el
también verá a tu familia con otro lente, tal vez ese que siempre quisimos
ocultar. Prudencia y comunicación.
10-
Verás que no eres tan egoista como siempre pensaste
Tal
vez una de las cosas más bonitas de vivir con alguien es darse cuenta de que
también podemos desprendernos del ego y comprobar que a veces no nos cuesta
nada pensar en otra persona primero que en nostros mismos. Dar sin esperar nada
a cambio, sentir absoluta felicidad por la felicidad del otro y aprender a ser
feliz con los pequeños pero muy grandes detalles de la vida construida en dos,
hacen que todo valga la pena.
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