Seguramente ya sabes que con inteligencia emocional
manejas bien tu estado anímico y tus relaciones.
Aprende a ser consciente de tus
emociones y contrólate para no estar a merced de la culpa, el odio, el orgullo o la ira.
Con dedicación puedes controlar
tus impulsos y, con práctica, puedes desterrar la envidia, el miedo o la
intolerancia. Lo mejor es
no ser reactivo, sino preventivo y sacar tiempo para meditar
y visualizarte sereno y controlado.
Al
mismo tiempo regálate
órdenes mentales positivas como: Puedo, me controlo, soy calmado, amo y me amo,
etc.
Es
bueno llevar una especie de “diario
emocional” y
examinarte todas las noches sin culpas dañinas.
Este ejercicio ayuda mucho para
conocerte, y mejora si lo compartes con buenos aliados.
Busca
dos o tres personas que sepan lo que haces para mejorar y pide que te evalúen y te motiven.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios