Malala
Yousafzai, sin duda alguna, es una mujer inspiradora, que desde una edad muy
temprana se ha dedicado al activismo a favor de los derechos civiles,
especialmente de los derechos de las mujeres.
No tenía más de 11 años cuando empezó a escribir un blog para la BBC bajo un seudónimo, en el que detallaba su vida cotidiana bajo el régimen talibán. Posteriormente, su identidad fue conocida por el público general, y se dedicó a hacer campaña con su padre Ziauddin Yousafzai para crear consciencia sobre la educación de las mujeres.
Sin embargo, el 9 de octubre de 2012, fue víctima de un intento de
asesinato, del cual milagrosamente sobrevivió. A pesar de una larga y dura
recuperación, Malala reanudó su lucha por la igualdad de derechos a la
educación.
Gracias a su coraje y determinación, en 2014, a sus 17
años, Malala se convirtió
en la persona más joven en la historia en haber recibido un premio Nobel de la
paz.
Malala
es hoy en día una de las voces más fuertes de la educación infantil,
sobre todo de las mujeres de países donde el extremismo religioso les quita
esta oportunidad. Su mensaje ha resonado por todo el mundo, tanto en su libro
“Yo soy Malala”, como en sus discursos, y realmente se ha convertido en un
ícono y una figura a la que deberíamos aspirar y seguir, por eso te dejamos 30
frases de Malala Yousafzai que inspiran el cambio:
Frases:
Parte
de la naturaleza humana es que no aprendemos la importancia de nada hasta que
se nos arrebata algo de nuestras manos.
Los terroristas pensaban que podrían cambiar mis
objetivos y frenar mis ambiciones, pero nada cambiará mi vida excepto esto: la debilidad, el miedo y la
desesperanza. La fuerza, el poder y el valor nacieron.
Un niño, un profesor, un libro y una pluma pueden cambiar
al mundo. La educación es
la única solución.
Que las mujeres sean independientes y peleen por ellas.
Es tiempo de pelear. Llamamos
a los líderes mundiales a cambiar sus estrategias.
Mi meta no es obtener el Premio Nobel de la Paz. Mi meta es conseguir la paz y mi
objetivo es ver la educación de todos los niños.
Teníamos dos opciones, estar calladas y morir o hablar y
morir, y decidimos hablar.
La
educación es un poder para las mujeres, y eso es por lo que los
terroristas le tienen miedo a la educación.
Ellos no
quieren que una mujer se eduque porque entonces esa mujer será más
poderosa.
La educación no es oriental y occidental, la educación es educación y es
el derecho de cada ser humano.
Hubo un momento en que las mujeres activistas pidieron a
los hombres que lucharan por sus derechos. Pero esta vez vamos a hacerlo por nuestra cuenta.
Si se quiere acabar la guerra con otra guerra nunca se
alcanzará la paz. El
dinero gastado en tanques, en armas y soldados se debe gastar en libros,
lápices, escuelas y profesores.
Sabía que me iban a disparar, pero no quise parar mi
campaña (contra la influencia talibán y a favor de la educación). Estaba preparada para que me
dispararan.
La
mejor forma de luchar contra el terrorismo y por la educación es a través de la
política. Por eso lo elegí, porque un médico solo puede ayudar a una
comunidad, pero un
político puede ayudar a todo un país.
La
voz tiene poder, la gente escucha cuando hablamos; no se trata de
combatir el terrorismo con la violencia sino con las palabras.
Nos damos cuenta de la importancia de nuestras voces solo cuando somos silenciados.
Cuando todo el mundo está en silencio, incluso una sola voz se vuelve poderosa.
Si un hombre puede destruirlo todo, ¿por qué una mujer no puede
cambiarlo?
Con armas puedes matar a los terroristas, con educación puedes matar al
terrorismo.
Mi madre siempre me decía: “oculta tu rostro, la gente te
está mirando”. Yo respondía, “no
importa; también los estoy mirando.”
No quiero vengarme de los talibanes, quiero educación para los hijos
e hijas de los talibanes.
Me dije, Malala, que ya te has enfrentado a la muerte. Esta es tu segunda vida. No
tengas miedo, si tienes miedo, no puedes seguir adelante.
Nuestros
hombres piensan que ganar dinero y ordenar a otros es donde radica el
poder. No creen que el
poder esté en manos de la mujer que cuida a todos durante todo el día y da a
luz a sus hijos.
Alzo la voz no para poder gritar, sino para que se escuche a los que no tienen voz.
Teníamos miedo, pero nuestro miedo no era tan fuerte como nuestro coraje.
Hay
dos poderes en el mundo; Una es la espada y la otra el lápiz. Hay un tercer poder más
fuerte que ambos, el de
las mujeres.
¿Porque dar pistolas es tan fácil, pero dar libros es tan
difícil?
Pueden dispararle a mi cuerpo, pero no pueden dispararle a mis sueños.
Los extremistas han demostrado lo que más los asusta: una niña con un libro.
Cuento mi historia, no porque sea única, sino porque no
lo es. Es la historia de muchas mujeres.
Creo
que todos cometen un error al menos una vez en su vida. Lo importante es lo que
aprendes de él.
La
bondad solo se puede pagar con amabilidad. No puede pagarse con expresiones como ‘gracias’.
Las frases de Malala Yousafzai son un testimonio de la determinación que puede
tener un ser humano, por más joven que sea, para intentar cambiar los patrones retrógrados de
una sociedad machista.
No tenía más de 11 años cuando empezó a escribir un blog para la BBC bajo un seudónimo, en el que detallaba su vida cotidiana bajo el régimen talibán. Posteriormente, su identidad fue conocida por el público general, y se dedicó a hacer campaña con su padre Ziauddin Yousafzai para crear consciencia sobre la educación de las mujeres.
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